Buy Software Online - Best Price

 

Premios Literarios Miguel Hernández 2024 Exposición Bibliográfica Miguel Hernández Genealogía de Ramón Sijé

Coetáneos de Miguel Hernández

Miguel Prieto Anguita

La definición de Miguel Prieto como pintor, pues la pintura fue su más profunda vocación, no debe ocultar, no obstante, sus otras actividades –escenografía, ilustración de libros, tipografía, etc. Miguel Prieto nace en Almodóvar del Campo, (Ciudad Real), en el año 1907. Su infancia transcurre en Almodóvar, hasta que con quince años deja el colegio y comienza a trabajar en Puertollano de la mano de Manuel Santo, primo de su padre, quien le inicia en el mundo de la escultura; a los diecisiete años se traslada a Madrid, donde ingresa en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, para pasar posteriormente a los estudios de Victorio Macho, del también escultor Julio Prat y de Julio Moisés.

La Diputación de Ciudad Real le pensiona durante dos años, siendo seguramente esta la razón por la cual existan algunos cuadros suyos en sus fondos. Durante estos años pasa los periodos estivales en Almodóvar donde, además de otros cuadros, pinta varios retratos.

Trabajador incansable realiza exposiciones en Madrid y comienza, como miembro del Partido Comunista, una militancia dentro de los denominados artistas revolucionarios, donde tiene por compañeros a Ramón J. Sender, Alberti, Emilio Prados, José Renau, Luis Cernuda, María Teresa León, Manuel Altolaguirre, Alberto, Salas Viú, etc. Su actividad durante estos años incluye además la ilustración de libros, por ejemplo el “Romancero Gitano”, de García Lorca, la escenografía y el teatro con Alberti y Lorca, estando considerado Miguel Prieto con Santiago Ontañón, como el mejor escenógrafo de la Segunda República. Mención especial en esta época es la actividad de Miguel Prieto en el guiñol, como colaborador de las Misiones Pedagógicas, responsable del de la revista “Octubre” y creador, más tarde, del guiñol “La Tarumba”, el más conocido de todos estos años.

Al comienzo de la Guerra Civil ingresa en la Alianza de Intelectuales Antifascistas con Albero, Bergamín, León Felipe, Gaya y tantos otros.

Desde el comienzo de la guerra civil Miguel Prieto defiende con pasión la causa de la República, realiza visitas al frente, donde organiza secciones de propaganda y prensa, ilustra las revistas de la Alianza de Intelectuales  como “El Mono Azul”
y crea otras “El buque rojo”, “Ejército del Ebro”, etc. Mientras que su guiñol “La Tarumba” actúa en el frente realizando representaciones para los soldados. Es nombrado miembro del Consejo Central de Teatros y en 1937 viaja con Miguel Hernández y Cipriano Rivas Cherif a Rusia. Durante la guerra,  publica libros de dibujos, algunos de los cuales se exponen, dentro del Pabellón Español, en la exposiciòn internacional de París de 1937.

Al final de la guerra civil y, tras su paso por los campos de concentración franceses, se traslada a México, donde colabora con Siqueiros en el mural del Sindicato de Electricistas y trabaja desde 1940 y hasta su muerte en diseño gráfico, pintura, escenografía, ilustración y edición de libros, etc. Falleció en 1956. Sus restos reposan en el Cementerio eEspañol de México D.F.

Su gran amigo, el poeta cordobés Juan Rejano, le dedicó una elegía preciosa:

Constante amanecer, estabas lleno
de la sabiduría que no pesa
porque no está en la letra confirmada
y va en la sangre desde siempre: lleno

Del fluido que sube de la tierra
cuando son las criaturas inocentes
 compartimos el pan y las estrellas
contamos en las noches del estío.

Nieto de la llanura delirante
y los muros de cal, la cal que ciega,
tenías tanto sol sobre los hombros
que no pudo la noche devorarte.

La gracia de las formas te seguía
y allí donde posábase tu mano,
era el espacio ardiendo, el texto heroso,
el lúcido paisaje de la máscara.

Y un día te fuiste. Yo no estaba. Lejos
presentí tu partida. Qué congoja
se me anudó en la sangre. Desde entonces
me acompaña tu sombra en la alta noche.

Tu sombra en cuerpo y alma. cuando acaba
un exilio en mi vida y otro empieza,
vienes a mí, me miras, me sonríes
y yo dejo que fluya tu palabra

como cuando en las horas ya distantes
evocabas tu infancia campesina
y emanaba de ti ese aroma cándido
que envuelve las leyendas de la tierra.

Dolorosa presencia, al par gozosa.
Mientras te escucho en la nocturna calma
me parece alcanzar de tu existencia
lo que acaso ni tu mismo lograste.

Quién sabe cuántos dones ignorados
se van con uno a la ribera oscura,
como brotes que nunca consiguieran
abrirse al esplendor y la delicia.

El gran Pablo Neruda, con quien tanto se relacionó, también dijo de él con motivo de la Exposición individual de Miguel Prieto en la Galería de Arte Decoración, del 29 de septiembre al 9 de octubre en México:

“Prieto, pequeño árbol de ojos azules, nutre sus raíces en el terreno pedregoso y polvoriento de la soledad castellana, y de pronto en todo ramas y flor, primavera incandescente y palpitante, por entre los azules pasa el crepúsculo frío, el fuego de las aldeas, los solitarios costados del mar. Joven pintor acendrado y devorador, árbol de mucha miel, hay en su ser la armonía y la furia: las dos sales del mundo”.

Emilio Prados, con quien colabora en múltiples ocasiones, también tuvo preciosas palabras para él con motivo de aquella exposición:

“He vivido y vivo tan de cerca la pintura de Miguel Prieto, que no encuentro el suficiente espacio dentro de ella, para una perspectiva real que me permita juzgarla exactamente. Sin embargo creo poder afirmar que, de todos nuestros pintores jóvenes, es Miguel Prieto, el más consciente del tiempo que vive, con relación a su arte, y de ahí, esa juventud siempre renovada y a la vez, esa visible madurez que nos entrega en sus cuadros...

“Prieto, cuya inquietud sin descanso y cuyo continuo descontento de sí mismo lo mantienen en lucha diaria por resolver los problemas estéticos de su arte, sabe librar su batalla, de tal modo interna, que solamente los que con más intimidad lo tratamos, podemos darnos cuenta de la intensidad de ella: en sus cuadros ya no nos da a conocer otra cosa que los resultados felices de su triunfo. Por eso nos acercamos a ellos siempre con gusto, sin temor, seguros, presintiendo el nuevo goce que en el mundo de su pintura vienen a ofrecernos”.

RELACIÓN CON MIGUEL HERNÁNDEZ

Ferris, en su libro “Pasiones, cárcel y muerte de un poeta” p.185, describe cómo Miguel Hernández y Prieto se conocen en Madrid:

“... Sigue sin trabajo y no halla editor para su libro de versos, pero esos días, su reencuentro con el escritor Enrique Azcoaga, amigo íntimo de Arturo Serrano Plaja y Antonio Sánchez Barbudo, va a salvarle momentáneamente de la situación al proponerle la idea de unirse al grupo de artistas, escritores y músicos que lleva a cabo las llamadas Misiones Pedagógicas. Allí se encuentra de nuevo con María Zambrano y conoce al poeta sevillano Eduardo Llosent Marañón, a José Antonio Maravall, Miguel Prieto, Rafael Dieste, Ramón Gaya y otros muchos compañeros enrolados en la misma labor de divulgar la cultura por los pueblos de España y recabar, de paso, informes muy valiosos de sus lugares y sus gentes.

“... La experiencia iba a servir de mucho al poeta de Orihuela, que encuentra en esa tarea la esencia misma de lo que hay en él, ese populismo estético que recibe y da al mismo tiempo, esa experiencia solidaria que le permite, a la vez, palpar de la manera más directa la realidad de su país y transmitir, con recitales y lecturas, el conocimiento de la poesía. Con las Misiones Pedagógicas, Hernández viaja durante los meses de febrero y mayo de 1935 por tierras de Castilla la Vieja, de Andalucía y de La Mancha. A esos lugares llevan los misioneros de la cultura nociones de ciencia e historia, libros, grabaciones musicales, películas que proyectan en cualquier tapial y sesiones de títeres o de teatro”.

Con ocasión del viaje de Miguel a Valencia para participar en el II Congreso de Intelectuales en Defensa de la Cultura, Miguel y Prieto también coinciden.

Ferris lo describe en la p. 373 de su libro:

“La intención de aquel encuentro de intelectuales insistía, básicamente, en crear un foro de debate y reflexión acerca del papel que los escritores y artistas debían desempeñar en momentos de conflicto. (...) Sobre este preciso asunto versaba la ponencia colectiva que leyó en el citado congreso Arturo Serrano Plaja; un texto que venía además suscrito y firmado por Emilio Prados, Juan Gil-Albert, Miguel Hernández, José Herrera Petere, Lorenzo Varela, Miguel Prieto, Antonio Sánchez Barbudo, Ángel Gaos, Antonio Aparicio, Arturo Souto, Eduardo Vicente y Ramón Gaya. La ponencia, además de hacer mención a ese heterogéneo grupo de escritores españoles comprometidos con la República, polarizado entre el origen totalmente campesino de Miguel, por ejemplo y el de la elevada burguesía refinada que puede significar Gil-Albert, apelaba al esfuerzo y la imaginación del intelectual para conectar más que nunca con el pueblo sin empobrecer sus recursos expresivos, para conciliar los términos Arte y Revolución.

La tercera ocasión donde Miguel Hernández y Prieto coincidirán será en agosto de 1937. Ferris lo describe así en su libro (pág 379 y siguientes):

“Ese mes de agosto, el Ministerio de Instrucción Pública ubicado en Valencia, recibía una invitación de Moscú para que el Gobierno de la República enviara una delegación que representara a España en el V Festival de Teatro Soviético. Miguel sería uno de los nombres propuestos para formar parte de aquella expedición que quedaría finalmente compuesta por Chapí, el ilustrador Miguel Prieto y Martínez Allende, organizador de espectáculos y periodista en el Altavoz del Frente. El 27 de agosto, ya más repuesto de sus fatigas, Hernández escribe a Josefina desde Valencia: “Desde la tarde que salí de tu lado me encuentro en Valencia, esperando salir de un momento a otro para Rusia. Voy con cuatro compañeros más a asistir a unas representaciones del teatro ruso en Moscú, Leningrado y otras ciudades más, para que me sirvan de estudios y beneficio del teatro que yo hago en España. Me acuerdo mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, más que tú de mí, yo de ti... El viaje a Rusia durará un mes aproximadamente y en cuanto vuelva iré a tu lado...”.

Existe un librillo editado por la Fundación Cultural Miguel Hernández llamado “Miguel Hernández en la prensa rusa”, escrito por Andrés Santana Arribas, que en su página 13 nos transcribe el artículo que apareció en el diario Izvestia el dia 03/09/1937:

“Huéspedes extranjeros en el V Festival de Teatro Soviético. En la foto de la derecha: una delegación de representantes artísticos de la República de España (en la fila, de izquierda a derecha: la actriz Gloria Álvarez Santullano y el director del Teatro Popular Tribuna de Madrid, Francisco Martínez Allende; detrás, de izquierda a derecha: el pintor Miguel Prieto y el poeta dramaturgo Miguel Hernández). Foto de P. Troshkin.

(Se trata de la única foto de Miguel Hernández publicada en la prensa soviética).

Miguel Hernandez en Rusia

Mª del Carmen Martínez Diego