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Premios Literarios Miguel Hernández 2024 Exposición Bibliográfica Miguel Hernández Genealogía de Ramón Sijé

Coetáneos de Miguel Hernández

José María de Cossío y Martí Fortún

 



El escritor y bibliófilo José María de Cossío y Martínez Fortún, nació en Valladolid en 1892. Tras licenciarse en Derecho, se marchó a Madrid para estudiar el doctorado. Seguidamente, en Salamanca, estudió Filosofía y Letras.

Fue fundador, junto con otros escritores, como José Bergamín, de la revista literaria «Cruz y Raya», y director de «La Revista de Santander».

Cossío siempre fue un gran aficionado al mundo de los toros, esto le llevó a crear una obra, hoy día de obligada consulta, sobre la tauromaquia bajo el título Los toros. Tratado técnico e histórico.

Este escritor también destaca por su gran productividad en obras literarias sobre autores españoles, principalmente cántabros, entre los que destacan José del Río Sainz, Gerardo Diego, Miguel de Unamuno –profesor de Cossío en la Universidad de Salamanca-, Luis de Góngora, Alberto Lista, Rafael Alberti, Amós de Escalante, José María de Pereda, Pedro Espinosa, Marcelino Menéndez Pelayo, José Zorrilla, Miguel Hernández, Fray Antonio de Guevara y Lope de Vega.

En febrero de 2003, la Universidad de Cantabria publicó una novela inédita de Cossío titulada José Pancadares. Esta obra es la única del escritor que realizó como género narrativo en un intento de pertenecer a la corriente de la generación del 27.

A principios de los años 30 dirige la Biblioteca Menéndez Pelayo de Santander, y fue director de los Cursos para Extranjeros en Cantabria.

 

UN HOMBRE DEL RENACIMIENTO

A Cossío se le puede tildar de hombre humanista en el sentido pleno de la palabra. En él se reúnen todas las artes, además de su dedicación a la investigación o a la crítica literaria.

Por otra parte, en él predomina más la lectura y la conversación que la escritura. Era sabido en la época que cuando alguien buscaba solaz y una buena conversación, no tenía más que subir a la Casona de Tudanca.

La mayor parte de sus escritos están redactados en la casa solariega que tenía en este pequeño pueblo cántabro, a excepción de Los toros. Él mismo afirmó: «Lo mío es la investigación literaria, la erudición».

COSSÍO Y LA GENRACIÓN DEL 27

Cossío tuvo una gran significación en Santander por su actividad precursora hacia Góngora y por su influencia sobre la generación del 27. En Tudanca, los poetas de la generación se proponen volver a los grandes clásicos y más concretamente a Góngora. La gran aportación de Cossío a la generación del 27 fue la temática de los toros al mundo de la poesía.

Por otro lado Cossío influyó mucho en las revistas del momento, incluso llegó a fundar y dirigir «La Revista de Santander», como ha sido mencionado, y promovió, junto a Jorge Guillén, la revista «Meseta Papel de Literatura». También trabajó para «Cruz y Raya». A partir de la biblioteca y de los manuscritos conservados en Tudanca, se ha podido editar algunos poemas de Jorge Guillén y el manuscrito original de García Lorca titulado «Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías». También se conserva en su biblioteca o el manuscrito autógrafo «El silbo vulnerado». Y finalmente, de todos los manuscritos existentes, se ha podido publicar la colección facsimilar Miguel Hernández: Las cartas a José María de Cossío.

Sin duda alguna, de Cossío hay que destacar su carácter magistral, que se encuentra, sobre todo en la formación de los poetas del 27. Todos ellos buscan el asesoramiento de Cossío (orientación en sus versos, referencias eruditas...).

En la Casona, muchos jóvenes de la generación se reúnen para hacer lecturas de los clásicos, o los no tan jóvenes como Unamuno o Dámaso Alonso, este último, gran estudioso de Góngora también se dejó aconsejar por Cossío.

Fue presidente del Racing de Santander durante los años 50 y gran aficionado al fútbol.

 

PRESIDENTE DEL ATENEO

Como presidente del Ateneo de Madrid, toma posesión el 6 de febrero de 1963 con el número 44. Durante la presidencia en la Institución destacó por impulsar el liberalismo y la democracia en el gobierno de la Biblioteca y en el régimen interno del Centro.

 

JOSÉ MARÍA, ACADÉMICO DE LA LENGUA

Tomó posesión el 6 de junio de 1948 como miembro de número, ocupando el sillón G. Cossío fue galardonado con numerosos homenajes durante toda su vida, pero en ningún momento hizo alarde de ellos, además contó con grandes maestros como Juan Valera, Miguel de Unamuno, Marcelino Menéndez Pelayo, Ramón Menéndez Pidal, José Ortega y Gasset, Eugenio d’Ors, Azorín y Gregorio Marañón.

 

LA BIBLIOTECA DE TUDANCA

Esta casa solariega de Tudanca fue construida por Pascual Fernández de Linares durante el reinado de Felipe V. Marchó a Perú para realizar unos encargos de la Corona y a la vuelta regresó con una inmensa fortuna. Fue en 1750 cuando levantó esta gran casa, la cual, al morir Fernández de Linares sin descendencia pasó a la familia García de la Cuesta y Velarde, concretamente al bisabuelo de Cossío Juan Manuel de la Cuesta, por lo que es conocida también como Palacio de la Cuesta.

La biblioteca de Cossío, con más de 25.000 volúmenes, está especializada en literatura hispánica y portuguesa. Todos sus volúmenes provienen, en su mayoría, de librerías de viejo –recordemos el carácter bibliófilo de Cossío-. Aquí también hay muchos manuscritos de coetáneos de José María como los de Pereda, Unamuno, Alberti, Cela y Hernández, entre otros muchos. Entre estos libros se encuentran libros curiosos, bien por su encuadernación, bien por su impresión, pero también hay que destacar los incunables. De Miguel Hernández se encuentran los autógrafos de El silbo vulnerado (1935) o El rayo que no cesa (1936), incluso se encuentra el manuscrito de Ramón Sijé titulado La decadencia de la flauta y el reinado de los fantasmas (1935). Y un juego de pliegos de El hombre acecha, del poeta oriolano.

Esta biblioteca todavía está creciendo ya que al estar Cossío suscrito a numerosas colecciones, su fondo bibliográfico va en aumento.

 
RELACIÓN CON MIGUEL HERNÁNDEZ

A José María de Cossío se le relaciona con el bando nacionalista, esto le sirvió para lograr que a Miguel Hernández se le conmutase la pena de muerte por la cadena perpetua: «Lo que nadie sabe es que una noche hube de levantarme a las tres de la madrugada y visitar a [...], porque Miguel Hernández iba a ser fusilado al día siguiente; y logré salvarlo». Entre el poeta y Cossío, además de unirlos la amistad por encima de todo, les unía su amor por la literatura. Miguel Hernández y Cossío se conocieron gracias al poeta murciano Raimundo Reyes en 1935. A partir de este año Miguel trabajaría como secretario de Cossío, éste se encargó de buscarle trabajo a Miguel en la Editorial Espasa Calpe. El poeta oriolano se encargaba de buscar información de toreros, toros, plazas y corridas, para elaborar posteriormente la biografía de los toreros ‘habidos y por haber’, según palabras de Miguel Hernández.


La fantasía de Hernández era muy propensa a inventar hechos y de ceñirse muy poco a la objetividad requerida por una obra de este tipo, pero Cossío, viendo que esto no le gustaba al poeta, decidió que se encargara de la parte de biografías. Gracias a la obra de Cossío, nos ha quedado una parte del hacer de Miguel inmortalizada dicha obra, Los toros, más concretamente las biografías de los toreros Espartero, el matador de Ulloa, Antonio Reverte y Lagartijo.

Este trabajo le sirvió a Miguel para tener una economía más holgada, lo que le permitió, además de trabajar en la Enciclopedia, dedicarse, de modo más pleno, a lo que le poeta deseaba: la Poesía. Además, podía seguir buscando nuevas amistades en el mundo literario, quienes le pudieran ayudar en la publicación de su obra.

Por otro lado, también supuso un enriquecimiento del léxico, junto con los conocimientos artísticos que le aportaron los artistas de la Escuela de Vallecas, lo cual fomentó su imaginería taurina que, más tarde, reflejaría en los poemas de El rayo que no cesa.

 

ÚLTIMOS AÑOS DE SU VIDA


Durante el año 1970, en su estancia en Lisboa conoce al Príncipe don Juan de Borbón, escribe varias conferencias e incrementa su biblioteca de libros portugueses.

En 1972 recibe varios homenajes y se retira a su Casona de Tudanca. Posteriormente se firma una escritura pública de cesión de la Casona y su contenido a la Diputación Provincial de Santander, hoy en día Gobierno Regional de Cantabria.

Muere el 24 de octubre de 1977, recibiendo sepultura provisional en el panteón familiar para, finalmente, trasladar sus restos en 1983 al cementerio de Tudanca.

 

OBRAS DE COSSÍO

·1925. José Pancadares (novela póstuma).
·1931. Los toros en la poesía castellana. Estudio y antología.
·1934. La obra literaria de Pereda, su historia y su crítica.
·1936. Correspondencias literarias del siglo XIX en la Biblioteca Menéndez y Pelayo.
·1936. Poesía Española. Notas de asedio.
·1939. Siglo XVII.
·1942. El romanticismo a la vista. Notas y estudios de crítica literaria. Tres estudios. La poesía de Don Alberto Lista. Don Alberto Lista, crítico teatral de «El Censor». Noticias de don Manuel de la Cuesta.
·1943-61. Los toros, tratado técnico e histórico.
·1948. Lope, personaje de sus obras.
·1952. Fábulas mitológicas de España.
·1954. La obra literaria de Pereda.
·1960. Cincuenta años de poesía española (1850-1900).
·1973. Estudio sobre escritores montañeses.