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Premios Literarios Miguel Hernández 2024 Exposición Bibliográfica Miguel Hernández Genealogía de Ramón Sijé

Coetáneos de Miguel Hernández

Morla Lynch, Carlos

 



Carlos Morla nació  en París en 1888 y murió en Madrid el 15 de enero de 1969.

Escritor y diplomático; realizaba frecuentes viajes debido a su cargo.

Se instaló en España en 1933, país muy apreciado por él, donde conoció a grandes figuras de la literatura y de las artes, entre ellas Gerardo Diego, García Lorca, Neruda, o Alberti. Vivió las dificultades de la Guerra Civil.

Se Jubila en 1964 , siendo embajador de Chile en París. Posteriormente pasa a residir definitivamente en Madrid.

Publicó En España, con Federico García Lorca, Escenas,  El príncipe de las perlas azules y La senda entre otras, manifestándose así como un notable escritor.

Se le concedió por el Gobierno español la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica.

Algunos biógrafos del poeta Miguel Hernández  acusan con sutileza a Morla de no haber dado asilo diplomático, en los días de marzo del 39 cuando Carlos era encargado de Negocios de Chile en Madrid.

Esta interpretación procede principalmente de Pablo Neruda, por su articulo "Cómo murió Miguel Hernández", publicado en marzo de 1953 en Ercilla, de Santiago de Chile, y por un pasaje en sus memorias Confieso que he vivido.

Neruda se encontraba en Francia en marzo del 39, por lo cual, no fue testigo de los acontecimientos.

Se advierten una serie de errores en las opiniones del poeta chileno, la primera en destacarlo fue Manuelle Auclaire, en su libro Enfance et mort de Federico García Lorca, (1968), ya que poseía un ejemplar de la "Memoria presentada al Gobierno de Chile correspondiente a mi labor al frente de nuestra Embajada en Madrid durante la Guerra Civil (1937-1938-1939) de Morla. Respecto a esto, Antonio Aparicio, poeta y amigo de Miguel Hernández, y asilado en la Embajada chilena,también confirma el error de Pablo Neruda.

Arturo del Hoyo opina que Neruda confunde tiempos y lugares, puesto que no tuvo noticias de Miguel Hernández  hasta el 12 de junio de 1939.

Morla explica en sus memorias que conoció a Miguel cuando éste fue a su despacho acompañado por Juvencio Valle, siente aprecio por el "poeta-pastor", sabe que ha escrito mucho a favor de los "leales" y que es autor de publicaciones en contra de los "nacionales", y, por tanto le advierte del peligro que corre.

Ante esta situación le ofrece asilo en la Embajada, pero Miguel se niega por creer que es una deserción de última hora, así se lo manifestó a Juvencio, y Morla lo dejó escrito en su citada Memoria.

No obstante, éste le dio una carta a Juvencio Valle para el Gobernador Civil de Madrid, José Gómez Osorio, para que le facilitase a Miguel la salida de España si fuera necesario, recibe la carta, y Morla, incluso, escribió otra al Comisario General de Seguridad, dispuesto a facilitar un pasaporte a Miguel si le hiciera falta.

Aún así, Miguel no se acoge al asilo, aunque disfrutó de una segunda oportunidad en septiembre de 1939, al ser puesto en libertad por error judicial en su primer encarcelamiento; visita a Antonio Aparicio, poeta asilado republicano, en la misma Embajada, a cuyo cargo estaba Germán García Donoso; pero, decide regresar a Cox con su familia, y muy poco más tarde será detenido en Orihuela, y, encarcelado hasta su muerte.