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Premios Literarios Miguel Hernández 2024 Exposición Bibliográfica Miguel Hernández Genealogía de Ramón Sijé

Coetáneos de Miguel Hernández

Vicente Ramos Pérez

 

I. INTRODUCCIÓN

Filósofo e historiador, dirigió en Alicante la Biblioteca Gabriel Miró. Está considerado como uno de los principales estudiosos de Gabriel Miró, Miguel Hernández, Azorín y otros ilustres alicantinos, reconocido como uno de los primeros estudiosos de la obra de Miguel Hernández. En 1951 publicó, con Manuel Molina, “Seis poemas inéditos y nueve más”, con el propósito de socorrer a la viuda del poeta y evitar que los restos mortales de éste fueran a parar a la fosa común. Dicha edición le supuso diversos problemas con la autoridad.

Después ha seguido investigando la figura del poeta de Orihuela en artículos y en dos importantes libros: Miguel Hernández (1973) y Miguel Hernández en Alicante (1976), este último escrito con Manuel Molina. También ha colaborado con la Fundación Cultural Miguel Hernández, que le ha distinguido recientemente con la Medalla al Mérito Hernandiano.

 

II. BIOGRAFÍA

Vicente Ramos, hijo de Vicente Ramos Cánovas y Rosario Pérez Aldeguer, nace el 7 de septiembre de 1919 en Guardamar del Segura. La temprana muerte de su madre, cuando él contaba con tan sólo 2 años de edad, forjará en él un carácter independiente. Ingresará en la Escuela Nacional, donde se iniciará en la lectura de textos clásicos españoles. En 1929 llegará a sus manos el volumen Superrealismo, de Azorín. Joaquina López Gil (profesora en Novelda), con quien su padre contraerá segundas nupcias, fue un gran apoyo para Vicente. El traslado de su segunda madre a Alicante (1934) le obliga a matricularse en el Instituto Joaquín Costa, donde entablará amistad con los que se convertirían en destacados personajes de la sociedad e intelectualidad alicantinas.

Sus visitas a la Biblioteca Provincial le servirían para sumergirse en las teorías enunciadas por los grandes pensadores del anarquismo filosófico. En diciembre de 1936 se afilia a Unión Republicana, aunque aquello era más bien una tertulia literaria, donde conoce a Manuel Molina. Entre sus visitas a la Biblioteca, el archivero Eduardo Irles Garrigós le insta a leer a Miró y le regala un ejemplar de “La novela de mi amigo”. Ingresa en el antiguo Ateneo, donde gracias a Manuel Molina conoce a Miguel Hernández el 21 de agosto de 1937.

Tras la guerra, junto con Azuar, Molina, Reolid y Francisco García Sempere, escriben “Testimonios, ilusiones y desilusiones de la guerra”, y publicarán la primera revista literaria que surge en España tras la contienda, “Arte Joven” , de un solo número (1940).

En 1941 conoce en el Casino de Alicante a Manolita Moya García, la que será su mujer y madre de sus dos hijos. Ese mismo año comenzará las clases en la Universidad Central de Madrid, licenciándose en Filosofía y Letras en 1943. Junto con Manuel Molina y Rafael Azuar lanza la revista “Intimidad Poética” y la colección de libritos “Leila”.

Recibe el nombramiento de Adelantado de la Hispanidad, fundando el Grupo Hispánico y la Academia de la Hispanidad en Alicante. Publicará entonces en el diario “Información” el primero de una serie de artículos dedicados a Gabriel Miró, “Evocación de Sigüenza”.

En 1943 se casará con Manolita y ambos vivirán en Alicante, donde el primero comenzará a impartir clases en la Academia Mira-Leal y el Colegio de la Asunción de Elche. Su primer libro, “Pórtico auroral”, dedicado a su mujer, reúne poemas en prosa lírica.

Antonio Ramos Carratalá, director de la Caja de Ahorros del Sureste de España, le propondrá organizar una biblioteca dedicada a Gabriel Miró; también dirigirá y realizará para Radio Falange el programa semanal “Creación y Crítica”, y también se gestará la revista “Sigüenza”, concebida como homenaje a Gabriel Miró en el decimoquinto aniversario de su muerte.

Se levanta en Alicante el Instituto Social Obrero (ISO) y Vicente es llamado para dirigir el Boletín del Centro. Entre los artículos aparece un suplemento literario bautizado como “Ifach”, germen de la colección de libros “Leila”, ya citada.

En 1950 escribe “Cántico de la Creación y del Amor”, un compendio de poesía metafísica dedicada, una vez más, a su esposa.

Tras la desaparición del Ateneo, Vicente y sus compañeros crean la revista “Mensaje Literario”. Se reunían dos sábados al mes en el Bar Club de la Explanada de España, y con invitados de excepción como Camilo José Cela (a quien conoció en uno de sus desplazamientos a Madrid) y Antonio Buero Vallejo.

La Biblioteca Gabriel Miró abre definitivamente sus puertas en abril de 1952, Vicente publica la obra biográfica “Vida y obra de Gabriel Miró” y promueve la creación de los “Premios Biblioteca Gabriel Miró”. También en esta época verá la luz su poemario “Honda llamada”, y se pondrá al frente de la revista “Idealidad”, publicada por la Caja de Ahorros.

 La visita a Guardamar del Segura, para el traslado de los restos de su madre y su hermana al nuevo cementerio, le causará una gran conmoción y le llevará a escribir “Destino de tu ausencia”, dedicado a su madre. También escribe “Elegías de Guadalest”, con la que ganó el Premio Alicante de Poesía, siendo nombrado Cronista Oficial de la Villa.

En 1957 se trasladará a Estocolmo, donde impartirá cursos de Literatura y Lengua españolas; también ofrecerá charlas y conferencias. Dos años más tarde regresará a Alicante, y realizará el doctorado con la tesis “El mundo de Gabriel Miró”, a la que se le concede el Premio Extraordinario, y es publicada en la prestigiosa editorial Gredos.

La Fundación Juan March le pide que escriba el libro “Vida y teatro de Carlos Arniches”, después “El Teatro Principal en la historia de Alicante”, y, motivado por las bodas de plata de la Entidad, le encargan escribir “La Caja de Ahorros del Sureste de España. Vida y obra de Antonio Ramos Carratalá”.

Se crea, por parte de la Diputación de Alicante, el I Premio “Azorín” Nacional de Literatura y Vicente Ramos se presenta con “Literatura alicantina (1839-1939)”, premiado en 1965. Después será llamado por el alcalde de Guardamar, su tierra natal, para poner su nombre a una de las calles del municipio.

Ingresa como miembro correspondiente de la Real Academia de la Historia, también será miembro correspondiente en las Academias de Literatura y Filosofía de Buenos Aires y en L’Academia Internazionale Neocastrum de Italia, al mismo tiempo que se le nombra Caballero de la Orden de San Antón de Orihuela. Pasará a formar parte de la Real Academia Española con unos patrocinadores de lujo (Camilo José Cela, Pedro Laín Entralgo y Luis Rosales). También será nombrado Cronista Oficial de la Provincia de Alicante, y colaborará en el nacimiento de la Casa Museo Azorín en el puesto de director.

En los primeros años 70 recibió diferentes reconocimientos y por ello escribe y publica con la Caja de Ahorros Provincial “Honores concedidos por Alicante y su provincia”. En 1977 es nombrado Hijo Adoptivo de la Ciudad de Alicante.

En 1972, siendo presidente del Instituto de Estudios Alicantinos Juan Orts Serrano, Vicente Ramos presidía la sección de Filología y Literatura. Esta sección estaba formada por Joaquín Ezcurra, Manuel Molina, José Guillén, Antonio García-Molina y Manuel Martínez Ros, oriolanos o vinculados, de alguna manera, a la ciudad de Orihuela. Entre 1968 y 1979 llevaron a cabo actos y publicaciones relacionadas con Miguel Hernández. Un ejemplo de esta actividad puede ser el montaje, en 1977, del auto sacramental de Miguel Hernández “Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras”, que recibió muy buenas criticas.

En 1981 ve cumplido uno de sus mayores deseos: que la biblioteca personal y el despacho madrileño de Gabriel Miró pasen a formar parte de la Biblioteca alicantina que dirigía en aquel entonces.

Tras el nacimiento de Unión Valenciana como grupo meramente cultural, se acuerda convertirlo en un partido político y Vicente Ramos es elegido presidente. Se propone entonces hacer una coalición con la conservadora Alianza Popular Valenciana. Es elegido parlamentario desde 1982 hasta 1984 en el Grupo Parlamentario Popular; y en el Grupo Mixto desde 1984 hasta 1986, donde defendió la lengua y cultura valencianas. Ejemplo de esto puede ser su obra titulada “Pancatalanismo entre valencianos” (1988), que se convirtió en un fenómeno social. Toda aquella implicación en favor del valenciano le empuja a convertirse en numerario de la Real Academia de Cultura Valenciana. Será nombrado “Ballester de l’Any”, recibiendo por ello el encargo de impulsar la enseñanza del valenciano en las aulas. En 1983 publica “La Segunda República en la provincia de Alicante”.

 Su estancia en Madrid como diputado nacional le permite escribir los cuatro tomos de “Historia parlamentaria, política y obrera de la provincia de Alicante”. Al regresar de nuevo a Alicante publicará “Lorenzo Carbonell. Alcalde popular de Alicante” y “Palabra y pensamiento de Rafael Altamira”, y asistirá al renacimiento del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Alicante. Cinco años más tarde escribirá “Breve historia del Ateneo de Alicante”.

Su identificación con Alicante le llevó a ser el Cronista Oficial de dicha provincia, como ha sido mencionado, hasta tal extremo que algunos autores hablan del alicantinismo de sus obras. Por ejemplo Luis Berasaluze le dedica un libro titulado “Vicente Ramos: Alicante” en 2004.

Es nombrado Colegiado de Honor del Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Alicante, y pasa a ser Miembro Correspondiente de la Academia de Alfonso X el Sabio de Murcia.

En la última década del siglo XX, decide ceder su patrimonio literario a su pueblo natal. Se crea la Fundación Vicente Ramos, cuyos objetivos son la investigación y desarrollo de la historia provincial alicantina, y será nombrado Hijo Predilecto de la Real Villa de Guardamar del Segura. Se le concede la Medalla de Oro de la Provincia y una calle con su nombre en Alicante.

La vitalidad de Vicente le lleva a aceptar a sus 83 años el ambicioso encargo de realizar “Historia de la Diputación Provincial de Alicante”, de la que se han publicado cinco volúmenes.

RELACIÓN CON MIGUEL HERNÁNDEZ

Se conocieron en la tarde del 21 de agosto de 1937 en un acto en el Ateneo de Alicante, en plena guerra civil. Miguel hablaba desde la tribuna, primero de su presencia en el frente de Madrid y después leyó dos poemas de “Viento del pueblo”. Al término del acto fue cuando su amigo Manuel Molina, también oriolano, se lo presentó. Le expresó su admiración tras escuchar su relato y sus versos de guerra, que tanta fuerza transmitían.

Las palabras del joven poeta consiguieron envolverle en un halo que fue creciendo conforme conocía su obra. A partir de ese encuentro fue como comenzó su interés por Miguel Hernández.

Los motivos que llevaron a Manuel Molina y a Vicente Ramos a publicar “Seis poemas inéditos y nueve más” surge en la segunda mitad de 1950 con un doble objetivo: difundir la obra hernandiana, silenciada de manera absoluta, y ayudar en lo posible a la viuda e hijo del poeta.

Josefina Manresa, viuda de Miguel Hernández, recurre a la ayuda de Vicente para la edición de las obras completas, y en agradecimiento le dedica unas palabras en uno de esos libros. Tras el éxito obtenido con la antología publicada en Espasa- Calpe en 1949, proponen a Josefina la publicación de una antología de poemas, “Seis poemas inéditos y nueve más” de Miguel, y el auto sacramental “Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras”, que no fue publicado hasta décadas después, con el único objetivo de aportarle algún capital. Poco más tarde, Josefina volvió a recurrir a Vicente para que le ayudara en la adquisición del nicho definitivo de Miguel; se decide, entonces, poner en marcha una suscripción nacional recurriendo a sus amigos: Celaya, Cela, Diego, Aleixandre o Buero.

El libro de Miguel, en el que colaboran Miguel Abad con la portada y Ricardo Fuente con las viñetas, es el primero editado en España tras la guerra civil y el fallecimiento del gran escritor. La obra presentada en forma de carpeta, fue adquirida entre sus amigos y admiradores.

Molina y Fenoll colaborarán en un proyecto del que surgió “Verbo”, que pronto abandonaron por problemas de entendimiento con uno de los miembros de la redacción, donde empezaron a publicarse poemas de Miguel y divulgaban la obra de Hernández en las tertulias que tenían en el bar donde leían versos, no solo de Miguel sino de Miró y otros. Hablaban de Miguel, con naturalidad y sin ningún tipo de censura, en los cafés y en la calle. No tenían conciencia de que Miguel estaba prohibido.