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Premios Literarios Miguel Hernández 2024 Exposición Bibliográfica Miguel Hernández Genealogía de Ramón Sijé

Coetáneos de Miguel Hernández

José Herrera Petere

 

José Herrera Petere nació en Guadalajara el 27 de octubre de 1909. Su padre, el legendario Emilio Herrera Linares estaba destinado en la compañía de Aerostación Española. Ya antes de nacer la familia le llamaban Petere, que no es su verdadero apellido materno. Trasladada la familia a Madrid, estudia Derecho y Filosofía y Letras

Sus primeros poemas aparecieron en "La Gaceta Literaria". En mayo de 1931 funda con su amigo el pintor Juan Manuel Díaz- Caneja un revista de único número, con título escandaloso: "En España ya está todo preparado para que se enamoren los sacerdotes", una revista más de corte dadaísta que surrealista. En ese mismo año funda con José María Alfaro y Luis Felipe Vivanco la revista "Extremos a que ha llegado la poesía española", también de número único. En ese agitado año, se afilia al Partido Comunista, e interviene en la creación de la Asociación de Escritores y Artistas Revolucionarios (AEAR), que en 1933 editará la revista "Octubre",  en la que también colaborará Petere. También publicó en la zaragozana "Noreste".

Entre 1931 y 1933 escribirá unos cuentos o poemas en prosa satíricos que publicará en 1936 con el título "La parturienta".  En ese trágico año de 1936 también publicará "Héroes. Cazadores de tanques", editado por el Quinto Regimiento, relatos inéditos hasta entonces.

Con la guerra civil será uno de los fundadores de la Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura. Se alista como miliciano en el Quinto Regimiento, como Arturo Serrano Plaja o Miguel Hernández. En el Cuartel del citado Quinto Regimiento contraerá matrimonio civil el 15 de febrero de 1937, oficiado por el Comandante Carlos y siendo testigo el pintor mexicano Siqueiros. La ceremonia religiosa tuvo lugar ese mismo día a las 4 de la tarde, como afirma Jesús Gálvez Yagüe.

El conflicto armado influyó decisivamente en el carácter de Petere. En su unidad, se encargaba de la propaganda y publicaba colaboraciones en la revista "Milicia Popular".

En ese mismo año interviene activamente en el II Congreso Internacional de Intelectuales Antifascistas,  celebrado en Valencia en el verano de 1937. Es uno de los firmantes de la Ponencia Colectiva, al igual que Miguel Hernández, y colabora en las revistas literarias más prestigiosas, como "Hora de España", "El Mono Azul", "Acero", "Pasaremos", etc. Pueden leerse romances suyos en "Romancero de la guerra civil" (1936) y en "Romancero General de la Guerra de España" (1937). En este último caso, aparecen 23 poemas, de un total de 302 incluidos. Publica también "Teatro para combatientes", que recoge "El fusil", "Torredonjil" y "La voz de España",  tres breves obras en verso, y "Carpio del Tajo", drama en tres jornadas y siete cuadros publicada en Buenos Aires en 1957.

En 1938 gana el Premio Nacional de Literatura con su novela "Acero de Madrid", dedicado a su hermano Emilio, piloto caído heroicamente en combate, ganado ex aequo con César M. Arconada , y sus también novelas "Cumbres de Extremadura" y "Río Tajo". En ese mismo año es movilizado y destinado al XI Cuerpo del Ejército del Este. En ese mismo año recoge en el libro "Guerra viva"  los poemas publicados en ese periodo bélico. Le sigue otro libro poético, "Puentes de Sangre", publicado en el mismo año que el anterior.


Al término de la guerra, es destinado al campo de concentración de Saint-Cyprien, entre Perpignan y Collioure. Después de una estancia poco grata, consigue exiliarse a México, dejando en Paris a su mujer e hijo, además de a su padre. No verá a su esposa hasta dos años después. El matrimonio residirá en México Distrito Federal y en Cuernavaca. En el país americano publica el poemario "Rimado de Madrid" (1946). En este periodo es el responsable de "Romances amorosos de los Siglos de Oro".

En su exilio, colabora en prestigiosas publicaciones, como "Romance", "España Peregrina", "El Hijo Pródigo", "Letras de México", "Nuestro Tiempo", "Las Españas", "Taller", etc. En 1940 Bergamín le publica "Niebla de Cuernos". Más tarde dará a la estampa "Cumbres de Extremadura" . Además, la pareja da clases de español para ganarse un sobresueldo.

Colaborará también en el diario mexicano "El Nacional", desde octubre de 1942 a septiembre de 1946. También publicará trabajos en la revista argentina "Cabalgata", en el periodo comprendido entre 1946 y 1948, y en otras revistas. En 1946 su nombre todavía figuraba en la lista de autores prohibidos en España.

En 1947 se traslada con su familia a Ginebra como funcionario de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), responsabilizándose de la edición, revisión y traducción de lengua española hasta su jubilación en diciembre de 1969. En tierras suizas seguirá escribiendo y publicando poesías y prosas. Recibe diversos premios y homenajes en París y Ginebra. Publica "Arbre sans terre" (1950), "Hacia el Sur se fue el domingo" (1956), "La suerte" (1961), "A Antonio Machado" (1965), "¿Por qué no estamos en España?" (1965), "El incendio"  (1973), "Cenizas" (1975) y las obras dramáticas "Plomo y mercurio" (1965) y "La serrana de la Vera o la comedia de la televisión" (1966).

En 1973 consigue viajar a España y permanecer dos meses. El duro exilio le ocasiona un fuerte desarraigo, intensificado por la marginación sufrida dentro del PCE. Su vida se encarrila hacia el alcohol y la melancolía. Fallece en Ginebra el 7 de febrero de 1977. Después de su muerte han sido escasos los reconocimientos que ha

El desconocimiento de su obra se debe, en primer lugar a la falta de la edición de sus obras completas, y al olvido de la crítica. Los profesores Narciso Alba y Jesús Gálvez Yagüe han sido los más contumaces admiradores de la obra peteriana. El último de los citados ha publicado recientemente una biografía suya con abundantes datos: "José Herrera Petere: Vida, compromiso político y literatura"  (2000). Está prevista la publicación de las memorias de la mujer de Herrera Petere, con valiosas aportaciones documentales y testimoniales.


Relación con Miguel Hernández

Como afirma Narciso Alba, resulta difícil precisar la fecha del primer encuentro de ambos escritores. Compartían similares inquietudes literarias y amistades en el Madrid de la preguerra. Es posible que coincidieran en la tertulia literaria de la revista "Cruz y Raya" en la que María Zambrano, Luis Felipe Vivanco, Luis Rosales, etc., también participaron. Ambos conocían al escultor Alberto Sánchez y la pintora Maruja Mallo. Los dos poetas se alistaron al Quinto Regimiento, aunque no al mismo tiempo. Herrera Petere fue nombrado redactor- jefe de del periódico "Milicia Popular", órgano del citado batallón, el "Batallón del Talento", como era llamado. Coincidieron en los frentes, recitando poesías ante los soldados de "El Campesino", los de Enrique Líster y los del Comandante Carlos (Vittorio Vidali).

Los dos escritores son quienes más poemas publican durante la guerra, según Serge Salaün. El año 1937 fue el más prolífico y el más agitado, pues ambos escritores, militantes ya del Partido Comunista, son enviados a los frentes de Jaén. Allí tendrán ocasión de conocerse un poco más. La viuda de Herrera Petere, Carmen Herrera, en entrevista concedida al mencionado profesor Narciso Alba, afirmaba el 23 de enero de 1991 que "Yo conocí a Miguel Hernández en dicho Altavoz de Jaén, con su mujer; conversamos lo que se podía hablar en esa época terrible de guerra". Más adelante, afirma que "También hablamos de nuestras respectivas bodas, que eran bastante 'informales' ". Efectivamente, José y Carmen se casaron a finales de febrero de ese año, 1937, como ha sido mencionado, y Miguel y Josefina, pocas semanas después, el 9 de marzo. Colaboraron en "Hora de España", "La Voz del Combatiente", "Altavoz del Frente", "Frente Sur", "El Mono Azul",  etc. Un mes más tarde, en marzo de 1937, los dos poetas se encontraban, según Santiago Álvarez, en el frente de Guadalajara, en Torija. En mayo compartieron de nuevo vivencias en el frente extremeño, y sus firmas aparecen en la revista "Frente Extremeño", editada por el Altavoz del Frente. Coincidieron en el II Congreso Internacional de Intelectuales Antifascistas, celebrado en el verano de 1937 en Valencia, y firmaron la "Ponencia Colectiva", en la que diversos creadores (poetas, pintores, escultores, etc.) reclaman un esfuerzo extra para ofrecer calidad en sus obras, además de mensajes ideológicos.

En diciembre de 1937 sus firmas aparecen en el manifiesto "El Manifiesto de la Alianza de Intelectuales" y en "Los Intelectuales de España por la victoria total del Pueblo", fechado en marzo de 1938. El compromiso de ambos escritores no deja lugar a dudas, y ello acarreará la posterior desilusión y amargura. En el caso de Hernández, su trágica y dolorosa muerte en el Reformatorio de Adultos de Alicante; por parte de Herrera Petere, un morirse a diario con la nostalgia, refugiado en recuerdos y en el alcohol.

Sus firmas aparecen también en los romanceros publicados durante el conflicto: "Romancero de la guerra civil" (1936), "Romancero General de la Guerra de España" (1937), "Homenaje de despedida a las Brigadas Internacionales"  (1937). Ya en la posguerra se reencontrarán en "Romancero General de la Guerra Española" (Buenos Aires, 1944).

Tanto a Herrera Petere como a Hernández les entusiasmaba la naturaleza. Petere conocía a la perfección la sierra del Guadarrama, y Hernández, la de su Orihuela natal. En sus poesías es perceptible este aspecto.

Herrera Petere dedicará un importante espacio a Hernández en su obra "Acero de Madrid", publicada en plena guerra en 1938, en donde alaba "la abnegación del oriolano". Después volverá a referirse a Hernández en su artículo "García Lorca, Miguel Hernández y Antonio Machado (Muerte y vida de la poesía española)", publicado en "Retablo Hispánico" (México, Clavileño, pp.131-141) en 1946. Petere afirma que el poeta oriolano "encarna el verdadero espíritu del hijo del pueblo", y añade que "Miguel Hernández, Rafael Alberti y Pedro Garfias pueden considerarse como los principales iniciadores de la nueva poesía épico- lírica popular española". Pone de referencia la influencia machadiana en la última poética de Hernández. También afirma que

Miguel Hernández comprendió desde el primer momento hacia dónde debía encaminarse, pisó terreno firme. Su raíz popular, geográfica y humana, era demasiado fuerte. Salió al campo, a la guerra, a la vida y a la muerte, y tuvo talento suficiente para poder cantar lo que vio y sintió: un gran dolor patriótico, una gran ira, un gran amor al pueblo. Como lo mismo sentían también millones de españoles, el prestigio que el poeta llegó a alcanzar en poco tiempo, fue general.


Posteriormente, Petere dedicará un poema a su compañero, "A Miguel Hernández", que empieza: "De lo que el río lento se tragó", recogido en la célebre antología compilada por Enrique Azcoaga "Panorama de la Poesía Moderna Española", publicada en Buenos Aires por la editorial Periplo en 1953 (p.221), y que posteriormente recogerá en su poemario "El incendio" (París, 1973) y en el libro colectivo de María de Gracia Ifach y Manuel García "Homenaje a Miguel Hernández" (1975, p.93). A continuación se incluye el poema:

De lo que el río lento se tragó
queda el recuerdo
la explosión dolorida
el mármol negro
acero verde
o tiempo endurecido
que da el hosco alumbrar del genio muerto.
Hirió un juez de uña de oro
la semilla
del gran centeno humano de Orihuela
la trituró un puñal
fuerte destello
del horizonte mudo
reflejado en violentos lodazales
y como el mar
fosfórico al formar hiel con el miedo.
La noche lo batió como un crepúsculo
contra un muro de arañas y sombras.
Hizo frío al morir Miguel Hernández.
Una raya de luz sobre las losas
era la muerte,
que habría de llegar antes del día.
Así este gran poeta
rindió el ánima
y en la ventana en reja
se encendía
un tiempo abrasador: Miguel Hernández,
un día de agosto
en que la tierra en llamas
ha de pedir Migueles a los cielos.