Aitor L. Larrabide

Director de la Fundación Cultural Miguel Hernández

 

Cuando estas líneas vean la luz, quizás durante en plenas Fiestas de la Reconquista, la Fundación Cultural Miguel Hernández habrá cumplido veinte años, concretamente el día 13. Después de las justas reivindicaciones de ciudadanos y especialistas hernandianos, la Fundación se convirtió en realidad gracias a las instituciones que lo hicieron entonces posible.

En estos veinte años, el sendero ha sido a menudo tortuoso y enrevesado pero lleno de esperanza porque se tenían claros los objetivos y Orihuela se sentía -se siente- orgullosa de su hijo más universal, como debería estarlo con nuestra Entidad, que es de todos.

Me cabe ahora expresar mi agradecimiento a mis predecesores y a quienes desde distintas instituciones o personalmente han hecho posible durante todos estos años la Fundación: Joan Pàmies, desde 1996 a 1997; Manuel Sánchez Monllor, en funciones, desde 1997 a 2000; Juan José Sánchez Balaguer, desde 2002 a 2012.

Con motivo de la efemérides del vigésimo aniversario de la constitución de la Fundación hemos dispuesto una exposición bibliográfica permanente en nuestra sede con ocho nutridas vitrinas, donadas por Acción Cultural Española, en las que se muestran algunas 'joyas' hernandianas, para disfrute de quienes se acerquen al Rincón Hernandiano y puesta en valor del legado hernandiano que conservamos.

En marzo de 2002 Juan José Sánchez Balaguer, mi inmediato predecesor, puso en marcha, con la inauguración oficial el 29 de junio de 2002 del Centro de Estudios Hernandianos (cuya primera piedra le cupo el honor de poner a un hernandiano como Leopoldo de Luis), la maquinaria y el corazón de lo que actualmente sigue, contra viento y marea, difundiendo la figura de Miguel Hernández.

Aparte de participar en la creación en 1998 de la conocida como “Senda del Poeta” y entonces como “Camino Poético Orihuela-Alicante”, y en la de la Asociación de Casas Museo y Fundaciones de Escritores (ACAMFE), la Fundación es pionera en la promoción de talleres de empleo con una finalidad doble: la difusión del poeta y la formación laboral, tal como hubiera deseado el mismo Miguel Hernández. En los talleres de empleo, que sumaron cuatro ediciones (2002-2010), treinta alumnos-trabajadores aprendieron Informática y Gestión Empresarial, y se distribuían en tres módulos: Diseño de Página Web, mantenimiento de la revista digital e impresa El Eco Hernandiano, y Biblioteconomía. En 2003 se firmó un convenio con la Biblioteca Pública del Estado en Orihuela “Fernando de Loazes” para utilizar sus instalaciones, concretamente la Sala Hernandiana. Y, a partir de entonces, las dos entidades caminan de la mano, con lealtad y objetivos claros, como con la creación del Club de Lectura Miguel Hernández el 22 de febrero de 2008 y el intercambio de documentos e información.

En las cuatro ediciones del Taller de Empleo se catalogaron 11.417 referencias hemerográficas. En cuanto a Prensa Histórica, del periodo 1929-1940 catalogamos 141 referencias y 98 artículos de coetáneos del poeta y 37 referencias de obras hernandianas en la prensa oriolana (1929-1936). En cuanto a programas de mano y carteles, se catalogaron y digitalizaron 324 documentos. También fueron digitalizadas 188 cubiertas de ediciones hernandianas con un criterio cronológico en el que cada entrada dispone de su correspondiente ficha bibliográfica y comentario crítico, 114 cubiertas de estudios sobre el poeta, asimismo con sus fichas bibliográficas y comentarios críticos, y se cotejaron 68 repertorios bibliográficos. Asimismo, se catalogaron 372 referencias sobre el poeta (SMH) y 183 referencias de cartas recibidas procedentes del Legado de Ramón Pérez Álvarez. Las imágenes de la fototeca sumaron en las cuatro ediciones del Taller un total de 2.524, y también 226 registros sonoros), y 1.523 páginas en Internet sobre el poeta. Todo ello, a disposición de las personas interesadas en la sección “Biblioteca Virtual” de nuestra página web principal www.miguelhernandezvirtual.com. El SERVEF, además de su colaboración con los talleres de empleo, también nos brindó su apoyo desde 2004 hasta 2011 con los programas EMORGA, que tan buenos frutos ha dado, por ejemplo, en la investigación de los coetáneos de Miguel Hernández. 

Y aquí, si me permiten, un inciso. Sí, personalmente creo que, como en otras parcelas de la vida, en la profesional también hay que sentir íntimamente como parte nuestra lo que, con esfuerzo e ilusión, las mujeres y hombres de la Fundación llevamos a cabo día tras día desde hace veinte años (en mi caso, desde 2002), en silencio pero convencidos de su utilidad y de ligar el nombre del poeta con nuestras vidas. Evidentemente, nos equivocamos, pero queremos aprender de nuestros errores y nos mueve idéntica pasión que, con las lógicas diferencias, movieron a hernandianos tan queridos por mí como Ramón Pérez Álvarez, Arturo del Hoyo, Francisco Martínez Marín, Gaspar Peral Baeza o Vicente Ramos.

Las donaciones o cesiones de documentos, obras artísticas o libros recibidos son buena muestra del eco de nuestra actividades y de la generosidad de los donantes o cedentes. Quiero destacar las cesiones de Francisco Giménez Ávila (313 documentos); los herederos de Ramón Sijé (461 documentos); Francisco Salinas (un total de 270 documentos, entre ellos 80 poemas publicados en Canfali Vega Baja y 93 poemas en general); y Augusto Pescador (632 imágenes de documentos). En donaciones: María de Gracia Ifach (930 documentos); Juan Guerrero Zamora (203 documentos); Ildefonso Cases (250 artículos, 176 documentos, 121 cedés, 29 discos pasados a cedé, 97 carátulas digitalizadas de cedés, 10 tesis doctorales sobre el poeta); José Antonio Martínez Bernicola (un DVD que contiene las intervenciones de diversas personas que participaron en el homenaje al poeta oriolano celebrado en el Cine Riacho, organizado por la Asociación Cultural Tháder del 22 al 27 de marzo de 1971); Josefa Gómez Sempere, viuda del escritor y poeta Jacinto López Gorgé, donó una carpeta con interesantes documentos sobre Miguel Hernández que conservaba su marido, oriundo de Alicante pero cuya infancia y juventud pasó en Melilla; la actriz argentina Adriana Genta donó diverso material, como un cedé de audio con testimonios orales de allegados grabados por Adriana Genta en España en octubre de 1980: Josefina Manresa, Carmen Conde, Antonio Buero Vallejo, Florentino Hernández Girbal, Víctor González Gil, Ana María Estévez y Manuel Terrés; Andres Martínez Carmona, guitarrista oriolano afincado en Francia desde hace décadas, a través de José Ruiz Cases (Sesca), donó reproducciones de varias obras musicales suyas. Y el coleccionista madrileño José Luis Fernández de Béthencourt nos donó en 2006 un poema original manuscrito de Miguel Hernández: “Sonreír con la alegre tristeza del olivo”.

En cuanto a obras de arte donadas por sus autores o herederos, son más de 135 las que conservamos, sin contar con las pertenecientes a la muestra “50 x50”, todavía depositadas en las instalaciones de la Diputación de Alicante, y que pudieron contemplarse en la Sala-Museo San Juan de Dios de Orihuela del 12 de marzo al 20 de abril pasado.

Entre los donantes figuran los siguientes artistas oriolanos: Pepe Aledo, Juan Español, Cayetano Gómez, José Antonio Muñoz Grau, Amalia Navarro Jara, Pepe Rayos, Eva Ruiz, Manuel Sola y José Soler Cardona. Sin olvidar los cuatro dibujos originales de Miguel Hernández realizados en 1932 que fueron cedidos en 2003 por el hijo de Francisco de Díe, el cual ilustró las revistas El Gallo Crisis y Silbo y compartió ilusiones con el incipiente poeta en Madrid.

Por nuestra parte, seguimos ese castizo y sabio refrán de que de bien nacido es ser agradecido. El mismo día de la inauguración de la sede de la Fundación en su ubicación actual, el caluroso sábado 29 de junio de 2002, la Entidad valoraba con la Medalla al Mérito Hernandiano el esfuerzo de reconocidos hernandianos, algunos de ellos oriolanos como Joaquín Ezcurra Alonso (fallecido el 22 de junio de 2006), Francisco Martínez Marín (fallecido el 13 de mayo de 2007) y su primo Antonio García-Molina Martínez (fallecido el 6 de noviembre de 2007), así como Joan Pàmies i López (primer director de la Entidad), Francisco Esteve Ramírez (presidente de la Asociación de Amigos del poeta) y Arcadi Blasco, este último en representación de los artistas que hicieron posible en 1992 la muestra ‘50x50’. El 31 de enero de 2006 el Patronato decidió conceder dichas distinciones, entregadas el 7 de noviembre de ese año 2006 en un emotivo acto, a Julián Antonio Ramírez Hernando (fallecido el 14 de abril de 2007), Vicente Ramos Pérez (fallecido el 2 de junio de 2011) y a Gaspar Peral Baeza. De este modo, la Fundación volvía a agradecer a un puñado de fervorosos amigos del poeta que su llama siguiera viva en tiempos poco favorables a ello. 

Las visitas a la página web principal durante los últimos once años han sido las siguientes: 2003 (505.000 accesos); 2004 (1.251.390 accesos); 2005 (1.710.783 accesos); 2006 (3.183.726 accesos); 2007 (6.178.374 accesos); 2008 (2.368.330 accesos); 2009 (4.335.869 accesos); 2010 (16.105309 accesos); 2011 (308.174 visitantes únicos); 2012 (393.660 visitantes únicos); y 2013 (674.478 visitantes únicos). En 2002-2003 recibimos el Premio de Oro de la Asociación Internacional de Programadores y Diseñadores de Páginas Web.

En cuanto a redes sociales, destacamos Facebook (5614 seguidores/fans, 5.000 amigos y 545 suscriptores) y Twitter (5614 'tweets' y 1.200 seguidores) así como Google Plus y Tuenti.

El capítulo de publicaciones, desde 2000, se resume en: antologías (2 títulos); Premio Nacional de Poesía (14 títulos); Premio Internacional de Poesía (10 títulos); revista El Eco Hernandiano, en su versión impresa, 18 números, y en edición digital, 33 números; colección Documentos (9 títulos); catálogos de exposiciones (39 títulos); otras publicaciones (32 títulos). El total sería de 157 publicaciones.

Las visitas a la Casa Museo se incrementaron durante 2003 (primer año de funcionamiento de la sede de la Entidad) un 75,67 % con respecto al año anterior. En 2004 visitaron la Casa Museo 18.687 personas; en 2005, 14.059 personas; en 2006, 31.319 personas; en 2007, 14.770 personas; en 2008, 17.313 personas; en 2009, 19.592 personas; en 2010, 60.244 personas (se añaden 8.594 personas del Mercado Medieval de los días 5, 6 y 7 de febrero); en 2011, 27.566 personas; y en 2012, 21.463 personas. El pasado año, en 2013, fueron 27.598 personas. Entre 2012 y 2013 se han incrementado en 6.135 personas las que han visitado la Casa Museo.

Quiero mencionar, entre las personas que han visitado tanto la Casa Museo como la sede de la Fundación, no a personalidades conocidas sino a personas anónimas pero entrañables, como 14 reclusos del Centro Penitenciario de Murcia en 2003 o, en noviembre de 2002, a una señora nonagenaria de Barcelona que no quería morirse sin visitar la casa de quien representó para ella durante el franquismo la esperanza de un futuro en libertad.

Entre las asociaciones oriolanas que se han destacado en la difusión de la figura y obra de Miguel Hernández mencionamos al Ateneo Socio-Cultural Viento del Pueblo, al Foro Social de Orihuela, al Club Bonsái Oriol, la Asociación de Radioaficionados Vega Baja (ARVB), la Asociación Universitaria ORIOL, la Librería Códex, la Asociación de Mujeres Clara Campoamor o la Asociación Cultural Orihuela 2m10. Con todas ellas hemos colaborado con acciones puntuales o continuadas en el tiempo. No puedo olvidarme tampoco de la Obra Cultural de la CAM.

En cuanto a centros educativos, desde hace ya casi cinco años, con la Cátedra Miguel Hernández, promovemos el Certamen Escolar “Las abarcas desiertas” en el municipio de Orihuela, pero también en Redován. Y en esa labor de difusión, el CEFIRE de Orihuela, en otro tiempo, también ha contribuido en la difusión hernandiana. El Colegio Público “Manuel Riquelme” de la pedanía oriolana de Hurchillo se ha significado desde 2008 en la promoción de los valores éticos de nuestro poeta y con este Centro hemos llevado a cabo diversos proyectos, alguno de los cuales se está fraguando ahora mismo.

Mi objetivo último no ha sido otro que dar a conocer con cifras, algunas mareantes y abrumadoras, lo reconozco, la labor de la Fundación y que los lectores se sientan orgullosos de su trabajo. Nuestras puertas siempre estarán abiertas a quienes lleven el nombre de Miguel Hernández con limpieza de corazón. He pretendido que, como el poeta, “Hablemos del trabajo, del amor sobre todo, / donde la telaraña y el alacrán no habitan. / Hoy quiero abandonarme tratando con vosotros / de la buena semilla de la tierra”.