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Premios Literarios Miguel Hernández 2024 Exposición Bibliográfica Miguel Hernández Genealogía de Ramón Sijé

El pintor alcoyano recogió, junto con otras cuatro personas, el cadáver del poeta en el Reformatorio de Adultos de Alicante

Una treintena de cuadros del artista alcoyano Miguel Abad Miró (1912-1994) y otra docena de carpetas con dibujos, autógrafos y diversos documentos relacionados con Miguel Hernández, compañero suyo en el Reformatorio de Adultos de Alicante, pueden contemplarse a partir de mañana en la sala de exposiciones de la Fundación Cultural Miguel Hernández, junto a la casa donde vivió el poeta en Orihuela. La exposición 'Miguel Abad Miró-Miguel Hernández (1938-1994). Poesía y Pintura' se inaugura este miércoles 25 de febrero, a las ocho de la tarde, y permanecerá abierta hasta el próximo 26 de marzo. Además de los cuadros, se exponen diversas carpetas con originales de retratos salidos de la cárcel, autógrafos, fotografías de la familia de Miguel Hernández, realizadas por Abad, y cartas manuscritas que muestran la relación afectuosa de Abad Miró con el poeta y su viuda, cinco etiquetas en madera y cartón de los años 1939 y 1942, utilizadas en el Reformatorio de Adultos de Alicante...Asimismo, en la carpeta del año 1940 figura una citación a Abad Miró para Consejo de Guerra, copia de la sentencia y un aval de Rafael Abad, entre otros documentos. La exposición trata de rescatar del olvido la profunda admiración, fidelidad y respeto que el gran pintor alcoyano mostró hacia la vida y la obra del universal poeta oriolano. La relación con Hernández nace cuando Miguel Abad elige ilustrar el poema 'Las manos' que el Comité Provincial en Alicante del Socorro Rojo Internacional incluyó en el libro colectivo 'Versos en la guerra'. Tras su breve periplo carcelario, el pintor alcoyano ayuda cuanto puede al poeta y su familia. De Miguel Abad son las fotografías de Josefina Manresa y su hijo que hicieron más llevadera la soledad y tristeza del poeta en la cárcel. También el pintor posibilitó la visita del doctor Barbero, en un último intento de salvar una vida que ya se escapaba a borbotones. Abad Miró fue una de las cinco personas que recibieron el cadáver de Miguel Hernández en la tarde del 28 de marzo. Sabemos que trató de cerrar los ojos del poeta, aunque no pudo hacerlo del todo: este obsesivo recuerdo le persiguió durante casi treinta años, hasta 1987 en que consiguió acabar su pequeño lienzo 'Boceto para un recuerdo de Miguel Hernández muerto', que se puede contemplar en la muestra que ofrece la Fundación hernandiana. Esta exposición, que nace de la colaboración entre la Fundación Cultural Miguel Hernández y la Biblioteca Pública del Estado en Orihuela, es el primer resultado de un proyecto mayor que pretende indagar en los coetáneos del poeta Miguel Hernández, recuperando la figura y la obra de los más representativos.