Buy Software Online - Best Price

 

Premios Literarios Miguel Hernández 2024 Exposición Bibliográfica Miguel Hernández Genealogía de Ramón Sijé

Coetáneos de Miguel Hernández

Ramón Sijé (José Marín Gutiérrez)



Una elegía, que le dedicó a su muerte Miguel Hernández, perpetuó su nombre. La corta vida del oriolano 'Ramón Sijé' -nombre literario usado por José Marín Gutiérrez- ha impedido que pocos conozcan en realidad quién fue, qué hizo, cómo vivió y qué representó en su tiempo su figura. Desde que a los doce años publicó su primer trabajo hasta su muerte, pasando por su tesis sobre el Romanticismo, sus aportaciones literarias aparecieron en prestigiosas revistas y periódicos. Su personalísima revista El Gallo Crisis reflejó su nivel como ensayista con tan sólo 22 años.

Antonio Oliver Belmás llegó a manifestar que 'Ramón Sijé era un gran espíritu, uno de los puros espíritus de la región a la que enaltece, pese a su fugaz trayectoria sobre la tierra'. Sin embargo, otros son muy críticos con su figura, como Cecilio Alonso: 'Sijé, sorprendente niño-maduro, contribuye a minar el progreso intelectual de España, huyendo hacia Dios, como fruto de su voluntad de impotencia, inherente, según él, a la condición de ser cristiano. Y buscar apoyo en el orden teocrático ¿qué es si no incapacidad para comprender materialmente el mundo, aceptarlo e intentar transformarlo, al margen de otras trascendencias?'.

Ramón Sijé fue el primogénito del matrimonio formado por José Marín Garrigós, vendedor de tejidos, y Presentación Gutiérrez Fenoll, procedente de una bien acomodada familia de la huerta oriolana. Nació en Orihuela a las seis de la tarde del día 16 de noviembre de 1913. La manera de ser de la madre, que había recibido una señorial educación, de la que cabría destacar un catolicismo sin fisuras y un carácter muy enérgico y dominante, debió influir en el hijo a tenor de la línea de pensamiento que le caracterizó.

Manuel Molina señala que 'era pequeño y débil de cuerpo, de donde destacaba una cabeza grande y pelada a lo colegial; su cabello era de un castaño claro, y oscuro en las cejas que enmarcaban unos ojos profundos y brillantes, y su piel morena y lunar. Era una criatura sencilla y fina por naturaleza'.

En octubre de 1923, ingresó en el Colegio de Santo Domingo para cursar preparatorio inferior, coincidiendo allí, entre otros muchos condiscípulos, con el que, andando el tiempo, habría de ser su 'amigo del alma', el poeta Miguel Hernández, 'aunque la fraternal y célebre amistad entre ambos no arranca de aquí, sino de acontecimientos posteriores', aclara Muñoz Garrigós. Con fecha de 31 de marzo de 1926, en el número 41 de la revista madrileña 'Héroes', apareció el primer artículo firmado por Pepito Marín Gutiérrez con el título 'España la de las gestas heroicas'. Pepito Marín iniciaba así su ferviente vocación literaria. En palabras del escritor oriolano José María Pina Brotóns, Sijé era 'intelectual y estilista como su maestro José María Ballesteros', médico y escritor oriolano (1897-1939).

Durante el cuerpo 1927-28, completó sus estudios de Bachillerato elemental, examinándose en el Instituto de Alicante, obteniendo en todas ellas la calificación de sobresaliente. Fue ese año cuando comenzó de un modo ininterrumpido la actividad literaria de José Marín Gutiérrez. Empieza a colaborar activamente en cuantas publicaciones periódicas se editaban en Orihuela y posteriormente en otras como 'La Verdad' de Murcia, 'La Gaceta' de Alicante, 'El Diario de Alicante', 'República' de Cartagena, 'El Sol' de Madrid y 'Cruz y Raya' de Madrid.  

La oportunidad de empezar a publicar le vino dada por la aparición , el 23 de febrero de 1928, del semanario oriolano 'Actualidad', que le puso en contacto directo y personal a Carlos Fenoll, Pepito Marín, Jesús Poveda y Miguel Hernández. José Marín Gutiérrez publicó a partir del número correspondiente al 13 de septiembre de 1928. Este artículo versaba sobre José Mª. Gabriel y Galán.

El año 1930 fue el de la culminación de sus estudios de bachillerato con Premio Extraordinario. La actividad literaria de Sijé durante ese año fue abundante y variada, pero no comienza hasta el 15 de marzo, cuando aparece el primer número de 'Voluntad', la publicación en la que por primera vez coinciden Carlos Fenoll, Miguel Hernández y Ramón Sijé. En ella, nuestro ensayista publica desde el principio, actuando un poco como impulsor de ella. En 1930 destaca también la profusión de seudónimos que comienza a utilizar ('Chas', 'Ramón Sijé', 'José Oriolano', 'Lola de Orihuela', 'Babbitt' y 'Ramón Sijé') y otros que se le atribuyen ('José Oriolano', 'Rataplán', 'Sascha', 'Marcelo de Nola' y 'Don Pepe').  

El seudónimo 'Ramón Sijé' es utilizado por primera vez por Pepito Marín para firmar el artículo 'Silueta quinteriana', aparecido en el primer número de 'Voluntad'. 'Ramón Sijé' es el anagrama de José Marín Gutiérrez y está formado por las letras del nombre de pila y del primer apellido.

A partir del 15 de noviembre de 1930, ya empezaron a aparecer sus colaboraciones en 'Destellos', la revista nacida en Orihuela el 15 de noviembre de ese mismo año y que fue la continuadora de 'Voluntad'. Esta publicación fue la que propició la tan fructífera convivencia y hermandad entre Miguel Hernández y Ramón Sijé, quienes, según Muñoz Garrigós, 'hasta ese momento no eran más que unos buenos amigos unidos por la afición común a la literatura; a partir de ahí comienza la verdadera confraternización'. También publica Sijé en 1930 sus primeros artículos en 'El Pueblo de Orihuela'.

En 1931 comenzó la etapa universitaria de Sijé. Afirma Muñoz Garrigós que sus estudios en la Universidad le proporcionaron la oportunidad de entrar en contacto con un grupo de escritores y de intelectuales, cuya amistad tuvo muy fructíferas consecuencias posteriores.

Un artículo, firmado con el seudónimo de Babbitt, publicado en 'Destellos' con fecha 15 de abril de 1931, es aclaratorio del pensamiento político de Ramón Sijé, al alegrarse del advenimiento de la II República: '14 de abril de 1931. Jamás podrá borrarse de las páginas de la Historia, los refulgentes destellos que esta fecha memorable despide (...) triunfo rotundo de la libertad y del civismo'. En este sentido, dijo Augusto Pescador que 'Sijé fue siempre pacifista y no fue nunca partidario de la dictadura'.

Su producción periodística, en la segunda mitad de 1931, pasó a ser distinta de la anterior: 'agotada la vía de las publicaciones puramente locales, va a trasladar su radio de acción por vez primera después de su inicial artículo casi infantil de 1926  en 'El Sol', un diario de difusión nacional'. En aquella época Sijé se adscribió al Partido Republicano Federal, que en la provincia de Alicante contaba con intelectuales de la talla de Azorín. De ahí que entrara a formar parte de los colaboradores del 'Diario de Alicante' como corresponsal en Orihuela desde mediados de 1931.  

La primera mitad del año 1932 no debió ser grata para él, porque su amigo Miguel Hernández se encontraba en Madrid pasando grandes apuros económicos y se sentía obligado moralmente a ayudarle por haber sido uno de los que lo impulsaron a realizar el viaje y por las continuas cartas de Miguel pidiéndole socorros: 'Sijé acosó a todos los amigos en busca de dinero para Miguel', apunta Muñoz Garrigós. Por otra parte, los escritos salidos de la pluma de Pepito Marín en 1932 son generalmente breves ensayos sobre literatura.

En lo íntimo, las relaciones entre Josefina Fenoll y Ramón Sijé también comenzaron en 1932, concretamente en el primer trimestre de 1932. La hipótesis de Muñoz Garrigós es que Sijé fue a la tahona a partir de su noviazgo con la panadera y fija la época: 'la asiduidad de Sijé por la tahona no puede ser anterior a 1932'. Por su parte, Jesús Poveda explicaba que 'Sijé nunca fue guía de nuestras tertulias literarias de la calle de Arriba. Jamás tomó parte en ellas'.

Uno de los dos hechos que más importancia tuvo en la formación intelectual de Ramón Sijé fue su presencia en 1932 en el campamento universitario organizado por la FUE, que tuvo lugar en agosto Sierra Espuña (Murcia). Allí, el ensayista oriolano tomó contacto con jóvenes comprometidos, del mismo modo que él, en empresas literarias, como Carmen Conde, Antonio Oliver y algunos componentes del grupo de 'La Barraca', de Federico García Lorca, así como los poetas Félix Ros y Carlos Martínez-Barbeito.

Interesante es también su correspondencia literaria, a pesar de su juventud, porque demuestra su contacto con las figuras más representativas de su época: Juan Ramón Jiménez, el P. Félix García, Giménez Caballero, Ortega y Gasset, Manuel de Falla, Adriano del Valle, José María Pemán, como más representativos.

Otro hecho de trascendencia innegable en la vida de Sijé fue el descubrimiento del busto de Gabriel Miró en el transcurso de un homenaje, realizado a impulsos de un grupo de jóvenes oriolanos. José Marín fue parte del comité ejecutivo y 'quien lo organizó todo' -como recordaba Pescador-. Este acto se celebró en la glorieta oriolana el 2 de octubre de 1932. Tras invitar a personajes importantes del panorama literario nacional, que declinaron el ofrecimiento, asistió finalmente a este acto Ernesto Giménez Caballero, entonces director de la revista madrileña 'La Gaceta Literaria', quien en aquella época ya se sentía atraído por posturas políticas de corte fascista italiano, pero que, según Garrigós, 'no influyó en el ideario político de Sijé'.

Garrigós dice que la relación entre Caballero y el ensayista de Orihuela fue sólo literaria: 'Sijé no sólo no participa en ninguna de las revistas vinculadas a estos grupos, sino que continúa con sus colaboraciones en el 'Diario de Alicante', cuya ideología era ajena al fascismo'. Sin embargo, Carmen Conde manifestaba que fue a celebrar aquello Ernesto Giménez Caballero, que 'influía un tanto ideológicamente a través del acendrado catolicismo de Ramón Sijé'. El día de este homenaje se distribuyó una pequeña revista, dedicada toda ella a Gabriel Miró, con el sugerente título de 'El Clamor de la Verdad'.

En el último tramo de 1932, Sijé escribió el prólogo de 'Perito en lunas' de su amigo Miguel Hernández, afirmando que el poeta de Orihuela 'ha resuelto, técnicamente, su agónico problema: conversión del 'sujeto' en 'objeto' poético. Porque la poesía -y 'su poesía', con musculatura marina de grumete-, es, tan sólo, transmutación, milagro y virtud'.

En 1933, Sijé no publicó en el 'Diario de Alicante', quizás por la radicalización política que emprendió este periódico de cara a las elecciones. El único artículo que publica en la prensa de la capital de la provincia apareció en 'El Día', dirigido por el oriolano Juan Sansano. Este periódico se enmarcaba políticamente en un derechismo granítico. Como quiera que el grupo rector de 'La Verdad' tenía más vocación literaria que política y era de talante más abierto y liberal, Sijé se orientó finalmente hacia el periódico murciano.

Por otra parte, en el número 4, de marzo de 1933, publicó Ramón Sijé en la gaditana revista 'Isla', de Cádiz, dirigida por Pedro Pérez-Clotet, un trabajo bajo el título 'El héroe como concepto', dedicado al escritor José Bergamín. '¿Se trata del primer ensayo, propiamente dicho, de Sijé?' -se pregunta Garrigós-. Su manera de plantear, razonar y resolver los problemas que aborda sigue siendo desde el principio la misma; sí ha cambiado la extensión y también el soporte, por cuanto ya no escribe en diarios sino en revistas literarias y de pensamiento'. Si se acepta que en virtud de estas variantes entra uno en el campo del ensayo y abandona el del periodismo, 'hay que aceptar que este puede ser el primer ensayo de Sijé'.

Dice Manuel Martínez Galiano que 'conforme se iba completando su formación cultural, iba apareciendo en él su verdadera dimensión literaria como ensayista', reflejada en sus trabajos 'El golpe de pecho o de cómo derribar al tirano' y 'San Juan de la Cruz', publicados en 'Cruz y Raya', dirigida por Bergamín. Precisamente la última publicación de ese año de Sijé apareció en esta revista madrileña. Es la antología comentada de San Juan de la Cruz por sugerencia del propio director de esta revista. Precisamente, pasadas las Navidades de 1933, Sijé marchó a Madrid y en su cartas a la familia cuenta sus visitas y contactos, especialmente con Bergamín.

'Hemos podido comprobar que, pese a su juventud, no fue persona propicia a los cambios espectaculares de ideología antes al contrario, se identificó plenamente con el ideal de vida que se había trazado y, no sólo lo mantuvo, sino que también lo llevó a sus últimas consecuencias -dice Garrigós- (...) Fue desvinculándose de grupos o de personas concretas en el momento en el que ha considerado que los nuevos caminos que emprendían o eran los que él aceptaba como buenos. Así se desvinculó del 'Diario de Alicante', recriminó la decisión política de Giménez Caballero e incluso con las revistas locales fue modificando su línea hasta conseguir con 'Destellos' lo que exactamente buscaba'. Aunque algunos de sus miembros en Orihuela estuvieron presentes en la revista 'El Gallo Crisis', manifiesta el profesor Muñoz Garrigós que 'como bien afirman cuantos le trataron en esos años, Sijé nunca tuvo nada que ver 'ni con la CEDA ni con falange española'. En el bando opuesto está, entre otros, Cecilio Alonso, para quien 'el rasgo más definido de los textos de Sijé es su radicalismo polémico'.

A mediados del año 1934 apareció el primer número de 'El Gallo Crisis', 'una derivación de la madrileña Cruz y Raya', como apunta Muñoz Garrigós. Es en un muchacho de veintiún años como Sijé donde nace la idea de una revista literaria y de pensamiento de tendencia neocatólica y muchas alusiones políticas. La revista fue obra personal suya. Escribió Sijé en la página 25 del primer número de 'El Gallo Crisis': 'El fascismo tiene la razón de la fuerza, pero no la fuerza de la razón. Agota su propia capacidad creadora antes de llegar a la nación, cosa racional una, cosa real una: puño temeroso y amenazador. ¡Falange! ... bueno; falange, falangina y falangeta: un dedo. Para moldear el concepto de España se necesitan todas las manos del alma'. Jesús Alda Tesán considera que el talento de Sijé 'no estaba al servicio de una siringa más o menos templada; era ante todo un pensamiento trascendental (...) Ramón Sijé prefería a la lírica azul la colérica colorada. No hablaba ni escribía más que cuando tenía que decir algo, para sentar 'las verdades como puños' y decírselas al lucero del alba'.

El pensamiento católico-reformista de Ramón Sijé no solamente procede de Peter Wust, sino que los nombres de Maritain y con él los de quienes integraban el grupo de neotomistas franceses, y de Romano Guardini, han de figurar en la nómina de las vinculaciones europeas de Sijé.

En octubre de 1934, número 19, publicó en 'Cruz y Raya' el ensayo 'El golpe de pecho, o de cómo no es lícito derribar al tirano'. Enmarcada por la publicación de su revista, está la culminación de sus estudios de Derecho. Poco antes de morir, obtuvo el Premio Extraordinario de la Licenciatura.

El año 1935, último de su vida, debió ser particularmente difícil para Sijé, sobre todo en el plano personal: a los disgustos con Bergamín y a los más dolorosos para él con su amigo Miguel Hernández, hay que añadir el duro trabajo en la revista, la frialdad o rechazo que había mostrado un sector de la intelectualidad madrileña hacia su revista de pensamiento, las prisas en acabar su ensayo sobre el Romanticismo 'La decadencia de la flauta y el reinado de los fantasmas. Ensayo sobre el romanticismo histórico en España' (1830-Bécquer)' y la breve enfermedad que acabó ocasionándole la muerte.

El ensayo mencionado es su único libro, cuya edición se retrasó hasta 1973. La circunstancia dramática de haber terminado su redacción poco antes de morir le confiere un gran valor como síntesis del pensamiento del autor en cuanto se refiere a formación intelectual y estimación de determinados autores. En diciembre de 1935, presentó este ensayo al Premio Nacional de Literatura, pero fue rechazado por caer fuera de los moldes exigidos por el tema del concurso.

Su muerte acaeció el 24 de diciembre de 1935 en la casa donde había nacido. Desde el punto de vista literario, la consecuencia más importante de este hecho fue la elegía que le dedicó Miguel Hernández, gracias a la cual el nombre de Ramón Sijé ha penetrado en todos los rincones del mundo. El propio Miguel escribía en 1936 en 'La Verdad', de Murcia: '¿Es cierta su muerte? Es la primera que me hace llorar aún dormido. Uno de los lados más escogidos de mi corazón se ha quedado como un rincón vacío (...) Orihuela ha perdido su más hondo escritor y su más despejado y varonil hombre'.

'Miguel Hernández intentó recoger sus escritos para su publicación, pero la guerra española impidió a Miguel realizar este homenaje póstumo a su hermano', señala Martínez Galiano. Pero la muerte excesivamente temprana del joven ensayista oriolano le impidió llegar a escalar un puesto de categoría nacional en el concierto de los escritores españoles.