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Premios Literarios Miguel Hernández 2024 Exposición Bibliográfica Miguel Hernández Genealogía de Ramón Sijé

 

FICHA:

La terra, l'amore, la guerra : poesie 1937-1939 / Miguel Hernández ; a cura di Enzo Calcaterra. -- [Tolentino] : PolisLab, [2002] 177 p. : [5] h. de fot. en bl. y n. ; 20 cm. Cronología: p. 31-36. -- Bibliografía: p. 37. -- Índice: p. [179-181]. -- Texto en español e italiano. -- Colofón: Finito di stampare presso Graficart - Tolentino nel messe de marzo 2002


COMENTARIO:

Aitor L. Larrabide publicó una amplia reseña ("Miguel Hernández en Italia", Portada, Orihuela, Alicante, año XII, 2ª quincena, octubre 2002, p. 16). Creo que Miguel Hernández ha contado, en Italia, con buenos exegetas de su obra. Recordamos a Juana Granados, Darío Puccini, Oreste Macrí y Gabriele Morelli. Sus traducciones son recordadas en el país transalpino, en donde el poeta, sobre todo en la década de los años setenta, fue muy seguido por los jóvenes, aunque en la actualidad parece que no soplan vientos muy favorables para él. En marzo de 2003 se le tributó un homenaje a nuestro poeta en la localidad de Tolentino, en la provincia de Macerata, y se le recordará de nuevo allí en este mes de octubre. En Italia, el hispanista que más empeño ha puesto en darlo a conocer ha sido, sin duda ninguna, el ya desaparecido Darío Puccini, en aquella entrañable edición de poesía en la editorial Feltrinelli, y en su libro, traducido al español con sus otros estudios hernandianos, en 1987, a cargo del Instituto Juan-Gil Albert (Miguel Hernández vida y poesía y otros estudios hernandianos). Sin embargo, y hasta lo que se me alcanza, la presente edición de Miguel Hernández es la más completa en lo que se refiere a la poesía escrita durante la guerra civil, periodo peliagudo por las connotaciones ideológicas que conlleva. Siempre ha sido polémica la obra escrita en tiempos de odios, de luchas y de sangre. Afortunadamente, siempre sobresale la hermosura de unos versos auténticos que hablan de lo que no cambia: la familia, el amor y la justicia de una mañana mejor para todos. Enzo Calcaterra, en su introducción (no olvidemos que se trata de una edición de carácter divulgativo), presenta al lector italiano la figura del poeta como una síntesis de vida y arte, con un tono íntimo, alejado de academicismos que estorban a su imagen de hombre cercano a los demás hombres. Eso de que amó a una sola mujer (p.7) parece discutible y sobra la comparación de Miguel Hernández con Gabriele D'Annunzio (a pesar de los propios peros que pone Calcaterra a esta comparativa), aunque está claro el interés del editor en que sobresalga la "sinceridad" del oriolano frente a la pomposidad vacía del italiano. Es, sin embargo, acertada la inclusión de la nota introductoria de Miguel Hernández en su obra Teatro en la guerra, por su marcado autobiografismo, y sobre todo para el lector italiano. Calcaterra acierta de nuevo cuando expone su visión general (y personal) de la poesía hernandiana escrita en la guerra, por su cercanía y por el deseo de no simplificarla con los manidos tópicos acostumbrados. Calcaterra también aporta unas "Semblanzas" en italiano (traducidas por él mismo) de Pablo Neruda (con esa poesía ignominiosa en la que alude, con desprecio e injusticia, a Dámaso Alonso y a Gerardo Diego), Vicente Aleixandre (en este caso, con el retrato aleixandrino de su amigo levantino), Octavio Paz y Vittorio Vidali (Comandante Carlos Contreras). Calcaterra reproduce un interesantísimo testimonio de éste último, una útil cronología biográfica de Hernández y de acontecimientos socio-políticos sucedidos en España, y una bibliografía relacionada con el estudio introductorio. Los poemas traducidos (con texto bilingüe) de Viento del pueblo (1937) son los siguientes: la dedicatoria del libro a Vicente Aleixandre, "Elegía primera" (dedicada a García Lorca), "Sentado sobre los muertos", "Vientos del pueblo me llevan", "El niño yuntero", "Los cobardes", "Recoged esa voz", "Rosario, dinamitera", "Jornaleros", "Al soldado internacional caído en España", y "Pasionaria". Faltan, de ese poemario, los siguientes: "Elegía Segunda" (dedicada a Pablo de la Torriente), "Nuestra juventud no muere", "Aceituneros" (uno de los poemas más conocidos del poeta", "Juramento de la alegría", "Primero de mayo de 1937", "Euzkadi" y "Fuerza de Manzanares". En el caso de El hombre acecha (1937-1939), los poemas representados son, la dedicatoria del mismo a Pablo Neruda, "Canción Primera", "El soldado y la nieve", "El hambre", "Carta", "Las cárceles", "Pueblo", "El tren de los heridos", "Llamo a los poetas", "Madre España" y "Canción última". Faltarían: "Llamo al toro de España", "Rusia", "La fábrica-ciudad", "Los hombres viejos", "El vuelo de los hombres", "El herido", "Oficiales de la VI División", "18 de julio de 1936 - 18 de julio de 1938" y "Madrid". Aunque las antologías son siempre subjetivas (escoger tiene siempre sus riesgos), algunos de los poemas omitidos podrían perfectamente haberse insertado, en detrimento de otros no mejor logrados. Esta edición, pulcramente editada, peca de una falta de ilustraciones. Sólo se han recogido cinco fotos, y en ellas se nos aparece un Miguel Hernández en campo de batalla, con su guerrera, en un contexto que a él le dolía más que a ningún otro (recordemos el drama familiar del asesinato de su suegro a manos de unos descontrolados de su mismo bando). Sin embargo, es de agradecer el cariño desplegado por Enzo Calcaterra y por la asociación cultural PolisLab hacia Miguel Hernández y la constancia de ese permanente homenaje tributado al poeta oriolano, por encima de cualquier extraño interés.