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Premios Literarios Miguel Hernández 2024 Exposición Bibliográfica Miguel Hernández Genealogía de Ramón Sijé

 

FICHA:

El rayo que no cesa / Miguel Hernández ; edición de José María Balcells. -- Madrid : Sial, D.L. 2002 125 p. ; 21 cm. -- (Contrapunto ; 1) En la cubierta: Miguel Hernández (1931). -- Bibliografía: p. 56-70. - Índice: p. [127-128] DL M 37137-2002. -- ISBN 84-95498-51-0


COMENTARIO:

Esta edición ha sido cuidada por el prestigioso profesor José María Balcells. No podemos olvidar sus numerosos trabajos relacionados con Hernández y en concreto con este poemario, siempre a medio camino entre el pulso tembloroso del admirador y el rigor acostumbrado del estudioso ajeno a capilla alguna. Como es sabido, la gestación de El rayo que no cesa resulta algo complicada. Se inicia con El silbo vulnerado, continúa con "Imagen de tu huella" y finaliza con cerca de una treintena de sonetos y otras composiciones recogidas en el libro que comentamos. Se trata de una obra meditada y bien estructurada, con total conciencia de labor de orfebre y, a la vez, caracterizadora de una poética de la sangre y con resonancias clásicas que intensifican la vertiente angustiada. El influjo de Quevedo es bien patente y el profesor Balcells rastrea dicha impronta ya que es buen conocedor de la obra quevedesca, no en balde defendió su tesis doctoral sobre la misma. Este volumen es el más valioso de los publicados (contando con esta edición y con la de la Obra Completa existen en el mercado español cuatro ediciones). Balcells, en su introducción (pp.7-54), analiza sus características principales: claridad, concreción y originalidad. También repasa las principales aportaciones de las versiones anteriores ("El silbo vulnerado" primitivo, "El silbo vulnerado" segundo, "El silbo vulnerado" definitivo, "Imagen de tu huella", y El rayo que no cesa). De todos modos, el poeta recuperó algunos de ellos para incorporarlos al poemario. Pero Balcells no se limita a eso sino que pone en relación la poesía con otros géneros literarios (teatro, epistolario, etc.) practicados simultáneamente por Miguel. La clave petrarquista de El rayo que no cesa no es nueva, pero el editor profundiza en la misma. Por ejemplo, en la estructura de cancionero amoroso con poemas que no guardan relación directa con éste, y la numeración correlativa, que ofrece la imagen de un conjunto unitario. Además, la simetría conseguida con dos secuencias de trece sonetos supone un elemento a añadir a la calculada organización que impuso su autor. La "Elegía", según recuerda Balcells, enmarca la historia amorosa en un lugar y tiempo concretos (Orihuela, 1936). El paradigma petrarquista impone que sea una la voz inspiradora de las composiciones y tres ejes fundamentales: las reservas eróticas de la amada, "el dolorido sentir" del amante y la experiencia anímica de la muerte en el sentimiento amoroso, todo ello lo cumple Miguel en esta historia que poetiza el desarrollo de un amor. Para Balcells, las vicisitudes biográficas no se ven reflejadas en este caso. Pero la presencia de la poética de Petrarca se percibe en los ecos de Boscán y Garcilaso de la Vega, y también influencias más o menos perceptibles de Quevedo, San Juan de la Cruz, acrecentadas por el interés despertado por sus coetáneos Dámaso Alonso, Bergamín, Cossío, etc. Pero también repercuten lecturas de poetas contemporáneos, como Pablo Neruda y Juan Ramón Jiménez, pero especialmente su gran amigo, Vicente Aleixandre, del que asimiló la concepción del amor como una experiencia agónica, sin olvidarnos de la cultura grecolatina. Tales intertextualidades las dispuso Miguel de manera armónica, lo cual supone uno de sus mayores logros, como advierte el catedrático. Balcells estudia después los temas poéticos (pp.35-54) desde una óptica iluminadora, diríamos que nos desvela las claves del libro para que se nos presente con todo su poder poético y humano. Los valores fónicos, métricos, léxicos, tropos o imágenes poéticas, elementos semánticos y temáticos, los símbolos (toro, sangre, pena, barro, cuchillo, etc.) son cuidadosa y minuciosamente descritos por Balcells. No podemos olvidar la carga humorística, que compensa el intenso dolor desplegado en esta crisis de identidad versificada llamada El rayo que no cesa. Los criterios de edición (p.55) se basan en un concienzudo trabajo que ha supuesto al editor dos años dedicados al cotejo y espigueo de datos relevantes para ser incluidos en las copiosas y eruditas notas del texto que ponen de evidencia las diversas intertextualidades y los paralelismos en la restante producción del poeta. Esta edición sigue la primera de 1936. El apartado bibliográfico (pp.56-70) se divide en "Aportaciones bibliográficas" (repertorios), ediciones de obras completas, monografías y trabajos de tipo general, ediciones del poemario en cuestión y artículos sobre el mismo. Aparte de escasas erratas, es de agradecer la inclusión de trabajos publicados en revistas oriolanas como Canfali- Vega Baja, La Lucerna y Empireuma. La portada y la redacción de la solapa (con varios errores de bulto) son lamentables, pero la elección del tipo de papel y de su tono ahuesado, caracteres de letra, etc. es acertada.
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