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Premios Literarios Miguel Hernández 2024 Exposición Bibliográfica Miguel Hernández Genealogía de Ramón Sijé

La Fundación Cultural Miguel Hernández completa el homenaje al poeta con un espectáculo de teatro, música y poesía en el caso antiguo Como ocurrió el 28 de marzo de 1942, las campanas de la iglesia de Santo Domingo tocaron a muerte a las seis de la tarde. Anunciaban el fallecimiento de Miguel Hernández y el comienzo de un espectáculo que partió desde la Casa Museo del poeta y se expandió por las principales calles del casco antiguo hasta abarcar toda la ciudad con un concierto de campanas. Los actores del grupo ‘In Centro’, ataviados con la ropa típica de campesinos, ambientaron las calles con la representación de “El Robinsón Literario”. La obra, escenificada mediante la fórmula de teatro en la calle, contó con la complicidad del numeroso público apostado entre el Rincón Hernandiano y la Calle Mayor. La propuesta festiva y cultural para la tarde del sábado, programada por la Fundación Cultural Miguel Hernández dentro de la ‘Primavera Hernandiana’ y desarrollada por el colectivo Exedra, comenzó con un homenaje al poeta mediante la emisión de una obra electroacústica en la que se pudo escuchar la voz del propio Miguel Hernández. Una mujer, vestida de riguroso luto, simbolizó la figura de Josefina Manresa, esposa de Miguel. Después de escuchar su voz, decenas de ciudadanos participaron de manera espontánea en la lectura de poemas del oriolano universal en la plaza del Rincón Hernandiano. La Fundación abrió los micrófonos para que todo el público fuera partícipe del homenaje al poeta y en conmemoración del Día Mundial del Libro que tuvo lugar el 23 de abril. Pero todavía quedaba el colofón a una jornada que comenzó por la mañana con la reposición de un ciprés en el paraje de Las Espeñetas, junto al río Segura y en el mismo lugar donde un reducido grupo de amigos tributaron un homenaje póstumo a Miguel Hernández en abril de 1942, dos semanas después de su muerte. El único superviviente de aquella histórica cita, el oriolano Antonio García-Molina, presidió el acto organizado por la Fundación Cultural Miguel Hernández, y depositó junto al ciprés un ramo de laurel en memoria del poeta. El simbólico acto, emotivo e íntimo, demuestra que la simiente hernandiana y el recuerdo al poeta están más presentes que nunca en Orihuela. Un original concierto de campanas cerró por la noche la jornada cultural y festiva. Más de cincuenta personas formaron parte de la infraestructura necesaria para que doce campanarios de la ciudad resonaran en el cielo oriolano en un espectáculo visible desde toda la ciudad y que se prolongó por espacio de 45 minutos. Campaneros de Segorbe, Onteniente, y Valencia, dirigidos con maestría por Manuel Miguel Hervás Lino, actuaron de forma sincronizada desde doce campanarios de Orihuela: Catedral del Salvador, Santo Domingo, Monasterio de la Trinidad, El Carmen, Monasterio de la Visitación, Convento de San Juan, Monasterio de San Sebastián, iglesia de San Vicente Ferrer, iglesia de Santa Justa y Rufina, iglesia de Santiago Apóstol, Santuario de Monserrate y Seminario Diocesano de San Miguel. El “diálogo entre campanas” sumió a la ciudad en un mar de sonidos y fue seguido por miles de oriolanos desde la calle y los balcones, terrazas y azoteas de sus casas