Este sábado día 15, a las doce del mediodía, tendrá lugar en la madrileña casa de Vicente Aleixandre (Velintonia 3), un homenaje al Premio Nobel por los 30 años de la concesión de dicho premio y el aniversario de su muerte en 1984. Con tal motivo, la Fundación Cultural Miguel Hernández presentará el primer número de “Papeles Hernandianos”, con la edición facsímil y no venal del poema «En la muerte de Miguel Hernández», que  vio la luz en febrero de 1948, en el n.º 2 de la Colección Cuadernos de las Horas Situadas, que se imprimía en Zaragoza en los talleres gráficos de la Librería General a cargo de José Manuel Blecua y de su esposa Irene, y en una tirada limitada y exenta de tan sólo cuarenta ejemplares. El facsímil manuscrito perteneció al archivo de uno de los mejores amigos de Vicente Aleixandre, el poeta y crítico José Luis Cano, y no se había reproducido antes. Contiene algunas leves variantes respecto a la que puede considerarse como la versión definitiva. En esta primera, por ejemplo, el poema se inicia con el verso, que forma además estrofa, «¿Por dónde?», que desaparecerá en las siguientes ediciones, incluida la última, la de las “Poesías completas” que preparó Alejandro Duque Amusco y que publicó en Madrid la Colección Visor de Poesía en 2001.

El acto, que supone la ruptura de 23 años de silencio y abandono tras la muerte del escritor, está organizado por la Fundación Cultural Miguel Hernández, la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre y el Ateneo de Madrid, y contará con la presencia de la sobrina nieta del escritor andaluz y de un representante de la Fundación oriolana, aparte de Juan de Loxa y otras personalidades, y pretende reivindicar no sólo la vigencia de la obra aleixandrina sino también la justa petición de que la casa de Aleixandre sea adquirida por las tres administraciones públicas (local, autonómica y estatal) para ser destinada a Casa de la Poesía.

La Fundación Cultural Miguel Hernández y la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre desean, con el homenaje al autor de “Historia del corazón” y la publicación del  primer número de “Papeles Hernandianos”, conmemorar humildemente no sólo el trigésimo aniversario de la concesión del Premio Nobel al ilustre poeta, sino honrar la profunda, hermosa y leal amistad que los unió y que Vicente mantuvo viva más allá del tiempo, muerto el amigo, con un latente e intenso recuerdo.