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Premios Literarios Miguel Hernández 2024 Exposición Bibliográfica Miguel Hernández Genealogía de Ramón Sijé

 En el verano de 1937 Miguel Hernández viaja a Rusia con una finalidad cultural, no exenta de motivación ideológica. Sesenta y ocho años después el universal poeta oriolano ha vuelto a tierras rusas para compartir con sus gentes cuatro intensas y emocionantes jornadas dedicadas a comunicar experiencias y así enriquecernos mutuamente. Al igual que en el primer viaje del poeta, han aflorado las buenas pasiones, la cultura como diálogo entre sociedades diversas, la solidaridad como baluarte de los principios democráticos que debe sostener toda sociedad moderna. La Fundación Cultural Miguel Hernández, la Embajada de España en Moscú, el Instituto Cervantes de la capital moscovita, el Ministerio de Cultura y la Asociación de Hispanistas Rusos se han encontrado en San Petersburgo y Moscú para unir esfuerzos y sentimientos en la difusión de la figura del poeta. Es de destacar el trato exquisito que las autoridades locales y nuestros representantes allí dispensaron a la delegación hernandiana. Especialmente, el gran trabajo desarrollado por Andrés Santana Arribas, miembro de la Embajada española en Moscú y profesor de la Universidad Lingüística Estatal de Moscú, además de colaborador de la Fundación y, sobre todo, gran amigo.

    Las jornadas se iniciaron el pasado día 6 de junio en San Petersburgo, capital cultural por excelencia de la extinta URSS y cuna del hispanismo. Allí tuvo lugar un brillante y emotivo recital poético, con la entrega de un busto, obra del artista oriolano Cánovas. Al día siguiente los mejores hispanistas rusos se reunieron en la Universidad Lingüística de Moscú para compartir experiencias e iniciativas encaminadas a potenciar la figura y obra del poeta. Un grupo de alumnos del Instituto Cervantes de Moscú recitaron poemas de Miguel, todo ello envuelto en la nostalgia y cariño. Por la tarde, César Moreno habló de las relaciones entre Manuel Altolaguirre  y Miguel. Se da la casualidad que en este mes de junio se celebra el centenario del nacimiento del famoso impresor malagueño, y la Fundación no podía permanecer ajena a esta gran acontecimiento, al que se ha adherido con entusiasmo desde México la hija del poeta e impresor, Paloma Altolaguirre. De hecho se presentó también una Exposición Virtual sobre Altolaguirre, realizada por alumnos- trabajadores del Taller de Empleo Miguel Hernández y coordinada por la profesora de dicho Taller, Cristina de Lama. Recordemos que en enero pasado, con motivo de la exposición dedicada a Juan Gil- Albert, que tuve el privilegio de comisariar, se dedicó una sección de la misma a Altolaguirre, que supuso el primer homenaje nacional. La conferencia de Moreno ha sido bellamente impresa por la Fundación.

     El día 8 fue anunciada una gran noticia: la Escuela Bilingüe 110, la más antigua de Rusia, va a denominarse “Miguel Hernández”, lo cual supone un gran acontecimiento, ya que se trata de la única escuela rusa que llevará el nombre de un escritor español. Además Jesucristo Riquelme habló sobre la producción teatral hernandiana. Andrés Santana presentó su libro  “Miguel Hernández en la prensa rusa”, editado por la Fundación, adelanto de un trabajo de mayor alcance. Y el día de la clausura, el jueves 9, fue el estreno del concierto “Ausencia”, a cargo del pianista y compositor José Luis Nieto, inspirado en varios poemas de “Cancionero y romancero de ausencias”. El hernandismo en Rusia tiene futuro porque ha sido constituido el Círculo Hernandiano Ruso, primero creado. Le seguirá otro en Manila, y en otros países.

     En definitiva, la Fundación Cultural Miguel Hernández continúa con su ambicioso plan de actividades en el que todo el mundo tiene cabida, según gustos, preferencias, etc. Por encima del legado literario de Miguel Hernández sobresale la humanidad del mismo, precisamente lo que ha brillado con luz propia en las I Jornadas Hernandianas en Rusia.

    Miguel es ahora más universal que nunca. El año pasado visitó Manila, ahora Rusia, mañana..., quién sabe, quizás la luna.