Más de medio millar de interesantes documentos procedentes del archivo de Juan Guerrero Zamora han sido cedidos generosamente por la hija del realizador y escritor, Alejandra Guerrero Torray, a la Fundación Cultural Miguel Hernández para su digitalización, ordenación y catalogación. Gracias a esta cesión, será posible valorar el trabajo que emprendió Guerrero Zamora como primer biógrafo de Miguel Hernández.

      Entre la numerosa documentación recibida destacan las copiosas cartas de oriolanos como Ramón Pérez Álvarez, Antonio García- Molina, Juan Bellod Solé y José Muñoz Garrigós. Según el material conservado, este grupo de oriolanos, especialmente Ramón Pérez Álvarez, facilitó la información más relevante del libro sobre el proceso incoado al poeta, publicado en 1990. También se conservan cartas de Jacinto López Gorgé, Vicente Ramos, José Carlos Rovira, Agustín Sánchez Vidal, Gabriel Baldrich, Rafael Gómez de Tudanca, Carlos Rodríguez- Spiteri, Verónica Morla (la nieta de Carlos Morla Lynch), el  poeta melillense Miguel Fernández, el crítico Arturo del Hoyo y otras personalidades de la literatura. Destaca la copia de una carta de Camilo J. Cela del 8 de julio de 1939 a Fingerit, con importantes datos autobiográficos, el trabajo de Gabriel Baldrich (amigo de Miguel Hernández) titulado “Mi guerra del 36 o las perplejidades de un ingenio sin cura”, un apartado especial rotulado como “Testimonios orales”, con recuerdos de Encarna Hernández (la hermana del poeta), Josefina Manresa, Joaquín Ramón Cuenca, Tomás Estañ y Miguel Abad Miró. Se trata de textos recogidos para la biografía hernandiana publicada en 1955. También aparecen testimonios de Antonio Oliver Belmás, Carmen Conde, Enrique Azcoaga. Leopoldo de Luis, Raimundo de los Reyes y Germán Bleiberg.

     Entre el material podemos contemplar copias de todas las cartas de Josefina Manresa dirigidas a Rafael Gómez de Tudanca, conservador de la Casona de Tudanca, que preparó la edición facsímil de “El hombre acecha” en 1981 y la edición facsímil de las cartas del poeta a José María de Cossío en 1985. Entre las curiosidades del legado de Guerrero Zamora, sobresalen las fichas manuscritas sobre carteles de ferias taurinas del siglo XIX, realizadas por el propio poeta oriolano cuando trabajaba para José María de Cossío.